martes, 21 de febrero de 2023

El camino de Huetos (Ruguilla. Guadalajara)

Datos de la ruta:

  • Desnivel: 430 m
  • Distancia: 12,5 km
  • Actividad: senderismo
  • Dificultad: recorrido muy sencillo por pistas y senderos muy solitarios. Sin ninguna dificultad técnica reseñable.

Recorrido

Volvemos de nuevo a la Alcarria y a visitar sus pequeños barrancos y sus ancianos senderos. Ene sta ocasión tomamos como referencia la pequeña localidad de Ruguilla. Iniciamos nuestro camino uniéndonos al trazado del GR-10 (que en este tramo de Guadalajara toma el nombre de Senderos de la Miel).  

El trazado, marcado con marcas rojas y blancos, se adentra en el barranco del Hondo (o barranco de Ruguilla). 

Barranco de Ruguilla
Barranco de Ruguilla

 

A nuestra derecha el cerro de La Muela, donde la numerosa cerámica celtibérica hace sospechar la presencia de una zona de hábitat de la Edad del Hierro; a nuestra izquierda el Alto de las Cuevas, horadada por numerosas cavidades.

La pista, tras pasar por las fuente de la Ruidera, inicia una suave ascenso. Durante la subida se nos ofrecen unas amplias vistas de la amesetada cumbre del cerro de La Muela.

Al llegar a la parte más elevada, muy próximos a El Bujedal (892 m) y el cerro del Espartal (903 m), abandonamos la pista para tomar una senda que se abre camino entre muros de piedra y árboles desnudos. 

GR-10. Camino Ruguilla-Sotoca de Tajo
GR-10. Camino Ruguilla-Sotoca de Tajo



 

La senda se une a una pista ancha que inicia un suave descenso. Hay que estar pendiente ya que el trazado del GR-10 se vuelve sinuoso evitando la pista en la medida de lo posible y optando por estrechos senderos en los laterales que se abren camino entre los quejigos. 

Desde esta perspectiva se tenemos una increíble perspectiva de las Tetas de Viana, cuya silueta inconfundible se recorta contra el cielo azul entre las ramas. 

GR-10. Tetas de Viana
GR-10. Tetas de Viana

La senda termina por unirse a la pista terrosa de nuestra izquierda, terminando el descenso por una pista de buen trazado hasta entrar, muy cerca de la ermita de San Martín, en las silenciosas calles de Sotoca de Tajo. Para ello bordeamos el pequeño cerro que vigila al pueblo y en el que  Francisco Layna Serrano situó la existencia de un poblado "ibérico" en el primer tercio del siglo XX. 

En este punto abandonamos el GR-10 que se aleja hacia Carrascosa de Tajo. Nuestros pasos nos llevan a tomar una pista donde un cartel indica la presencia de la necrópolis visigoda de la Peña de los Santos a 1,2 km (no llegamos a verla ya que en los siguientes cruces no vemos ninguna señal que indique la dirección en la que se localiza el yacimiento).  

Nos acercamos a un pequeño montículo cercano con numerosas cavidades en su ladera antes de continuar por una pista pedregosa y ancha.  Empezamos una subida, a tramos fuerte. Poco después de los 900 metros de altitud, abandonamos la pista para tomar una senda preciosa que se abre camino entre los pinares y sigue el ascenso hasta alcanzar un primer collado a unos 940 m. Seguimos avanzando, sin apenas desnivel, y pasamos dos collados más, desde el último de ellos, próximo a La Pinareja (965 m),  nos sorprende una preciosa panorámica de las Tetas de Viana.

La Pinareja. Tetas de Viana
La Pinareja. Tetas de Viana

En este collado el sendero se empina, Tomamos de manera decidida dirección norte, dejando el pequeño barranco a nuestra izquierda, para atravesar la sierra del Pinar por el collado de Abajo (997 m). 

Desde el collado solo nos queda bajar. El sendero está bien marcado y apuntalado. El paisaje es soberbio. El tupido bosque esconde sonidos de armonía total. El camino a Huetos es una delicia para los sentidos, quizá más bonito por inesperado. 

Senda a Huetos
Senda a Huetos

En un rápido descenso, alcanzamos las calles de Huetos por la calle del collado. Atravesamos sus calles y llegamos a la ermita de San José donde nos refugiamos para hacer una breve parada. 

El camino prosigue por unas pistas anchas. Atravesamos el barranco del Angosto y, tras pasar por lo que parece un antiguo lavadero rehabilitado como lugar de picnic, el arroyo del Vallejo de los Sotos. La pista inicia una fuerte subida para escapar de la vaguada en la que se acurruca Huetos

El ascenso nos lleva hasta el collado de El Costero (950 m) donde nos encontramos con una línea de alta tensión que nos "regala" casi 500 metros de vistas no muy agradables: las torretas y, al fondo, la columna blanca que indica la situación de la central nuclear de Trillo

No tardamos en girar a la derecha y, por fortuna, perdemos de vista las cicatrices del paisaje. Tomamos una estrecha senda que nos lleva hasta un chozo de piedra. Desde aquí la senda, escoltada por muros de piedra y romero, inicia el descenso. 

Senda de descenso a Ruguilla
 

Casi en el fondo del valle, nos reencontramos con una buena pista que, bordeando el Alto de las Cuevas, nos conduce hasta las calles de Ruguilla donde finalizamos esta sorprendente ruta por la Alcarria.

Como curiosidad decir que Ruguilla fue un conocido lugar de excavaciones arqueológicas allá por el siglo XIX y principios del siglo XX. 

En 1890 una breve crónica da fe de la existencia de una necrópolis protohistórica a 2 km de Ruguilla donde se localizaron varias sepulturas de incineración, , sin que hoy día se haya podido precisar el lugar exacto de este descubrimiento. Posteriormente, entre los años 1912 y 1914, fue el Marqués de Cerralbo el que realizó excavaciones por la zona, los restos conservados de dichas excavaciones mencionan las necrópolis de El Almagral y El Plantío (sin haber podido establecer su localización con exactitud).

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RECORRIDO:

 
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INFORMACIÓN PRÁCTICA:
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BIBLIOGRAFÍA:
  • ABASCAL PALAZÓN, JUAN MANUEL. Repertorio Arqueológico de la Provincia de Guadalajara. Ed. Aache 
  • BATANERO NIETO, ANTONIO. Recuperadas varias urnas celtibéricas de Ruguilla (Cifuentes, Guadalajara). Boletín de la asociación de amigos del museo de Guadalajara. Nº 5. 2014. PP. 9-26.
  • DE JUAN, ÁNGEL; MARTÍN, MANUEL. Caminos de la Alta Alcarria. Editores del Henares 2007.

 

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