sábado, 14 de julio de 2018

Vuelta a Sierra Gorda en BTT (Sierra Norte. Guadalajara)

Datos de la ruta:

  • Desnivel: 920 m (aprox.)
  • Distancia: 41 km 
  • Actividad: bicicleta de montaña
  • Dificultad: fuertes pendientes, recorrido prácticamente íntegro por pistas en bastante buen estado. Ruta muy solitaria sin pasar por ningún pueblo habitado. Si se hace en época de calor llevar abundante agua.

Descripción

Nuestro punto de inicio lo situamos en el pueblo abandonado de Jócar (hoy convertido en una finca particular). Este pueblo quedó abandonado, como tantos, en la década de los sesenta y la expropiación de los terrenos por parte del ICONA (entre 1967 y 1980) hizo el resto ya que el pueblo fue demolido. Hoy la soledad es la nota dominante entre estos pinares de repoblación.

El primer kilómetro y medio los realizamos en descenso y por asfalto. Pero es una mera ilusión, al juntarnos con el Barranco de la Hontarla nos desviamos por una pista e iniciamos la subida. A nuestro alrededor el gran protagonista son los densos pinares, a sus pies amplias praderas donde aún las flores sobreviven después de una primavera húmeda.

Pinares cerca del barranco de la Hontarla
Pinares cerca del barranco de la Hontarla

Estas primeras rampas son duras y pedregosas. Las piernas aún, perezosas, se resisten al esfuerzo. remontamos el Barranco del Regajo y ganamos altura hasta alcanzar los 1050 metros.

Iniciamos el descenso. Rápido y corto para alcanzar el cauce intermitente del Barranco de la Ocibia. El agua, aún presente, riega este rincón de paisaje verde. Iniciamos de nuevo el ascenso y hacemos nuestro primera parada para acercarnos a ver la Casa de Apeos.

Escondida entre la maleza quedan las ruinas de esta casa de apeos. Nos acercamos, en su interior se puede observar aún la chimenea e incluso algunos muebles herrumbrosos.

Casa de Apeos
Casa de Apeos
Cogemos aire y retomamos la ruta. Ahora sí que sí. Empezamos a subir, sin tregua ni respiro. Llegamos a los 1050 metros donde cambiamos de orientación para dirigirnos hacia el noreste. Con pedaladas cansadas seguimos remontando: 1100 m, 1150m...Arañamos metros a la montaña.

Pasamos por la zona conocida como el Castillar de la Cenizosa. El calor empieza a apretar. Sobrepasamos los 1250 m, ahí en algún lugar entre los pinos tenemos marcadas las ruinas de La Iruela. Pero no la vemos ni encontramos ninguna senda que indique algún paso para llegar. 

Tras sobrepasar los 1300 m nos cruzamos con un cortafuegos y valoramos la posibilidad de descender en busca de La Iruela, pero lo desechamos ya que no vemos nada clara su situación. Justo en este punto nos juntamos con nuestros propios pasos, los que dimos en nuestra ascensión al Santotis hace no muchas semanas.

La dura ascensión se convierte en un llaneo disfrutón. A nuestra derecha queda la cuerda del Santotis, a la izquierda en el horizonte se recorta la figura del Pico Ocejón. A nuestro alrededor las laderas nevadas por las jaras en flor.

Pista bordeando el Santotis
Pista bordeando el Santotis

En este tramo son los robles los que quitan protagonismo a los pinares de la ladera sur. Sin apenas subidas, pero asediados por insectos que parecen buscar cualquier orificio para colarse, llegamos al Collado del Azoquejo. A pocos metros un buen puñado de teinadas se extienden por una zona de llanura en esta tierra de barrancos y pendientes.

Nos quedamos a apenas un kilómetro del pueblo de Semillas, pero hoy nuestro destino es otro. Giramos de manera decidida hacia el sureste por el Camino de Palancares. A los pocos metros nos detenemos a los pies del Barranco de la Chorrera atraidos por el sonido de una fuente. Aprovechamos para descansar, comer y saciar la sed.

Barranco de la Chorrera
Barranco de la Chorrera

A lo lejos se oyen truenos y el cielo empieza a tomar la tonalidad de las tormentas veraniegas. Nosotros, por el momento, agradecemos la tregua del calor pegajoso. Un intenso olor a humedad refresca el ambiente y nos ayuda a retomar nuestro camino.

Circunvalamos las últimas alturas que conforman la cuerda del Santotis: La Cabeza (1322 m), La Fragüela (1271 m) y el Castillar de Robredarcas (1293 m). Precisamente a sus pies, nos desviamos para acercarnos a las ruinas del pueblo de Robredarcas.

Iglesia de Robredarcas
Iglesia de Robredarcas

Mucho sufrió este pueblo, primero en los años sesenta por la despoblación de las zonas rurales. En 1972 fue expropiado debido a la construcción del pantano de Alcorlo. Finalmente, en los años ochenta, fue el escenario elegido como campo de instrucción militar, lo que terminó de arruinar sus viviendas. Hoy, apenas algunas paredes sobresalen entre la maraña de vegetación y, a pesar de ello, se intuye un pueblo de no modestas dimensiones.

Calle de Robredarcas
Calle de Robredarcas

Retomamos de nuevo la pista que traíamos. Ahora recorremos la ladera sur del Santotis. Llaneamos hasta llegar al Barranco de la Solana de las Huertas. Aquí se sitúa la Mina Hueca, hoy abandonada como casi todo por estas montañas. Frente a nosotros una fuerte rampa de tintes negros decorada por los colores morados de la lavanda en flor.

Apretamos músculos y subimos. la rampa resulta ser más corta de los esperado. Un poco más allá, escondido en un pequeño alto se encuentra el pueblo de Santotis (San Tirso). Hoy es una finca privada y el dueño no parece ser muy amigo de las visitas (por lo que hemos leído). Oímos a unos cuantos perros ladrar con furia en el límite del pueblo, así que no intentamos ni entrar. Nos tenemos que conformar con la mísera visión que tenemos desde una de las curvas de la pista.

Pueblo de Santotis
Pueblo de Santotis

Pasado el pueblo de Santotis nos encontramos con un cruce de pistas. Varias son las opciones. Si siguiésemos por la pista de nuestra derecha bordearíamos El Castillar por su vertiente oeste siguiendo, en un primer tramo, el Camino de Jócar, y después desviándonos por el Camino de la Cueva. Esta opción apenas tiene desnivel.

Pero como esta primera opción ya la conocemos optamos por una segunda. Seguimos por la pista de nuestra izquierda en clara subida. Ascendemos un primer tramo de pendiente fuerte hasta alcanzar los 1329 m. A partir de este punto iniciamos un fuerte descenso que nos deja a 1100 m.

Cogemos una pista en muy buen estado que por un trazado muy cómodo nos lleva hasta las calles del polémico pueblo abandonado de Fraguas. Pueblo que desde hace un tiempo ha vuelto a ver vida en sus calles tras el intento de un grupo de jóvenes por repoblarlo (hoy se enfrentan a penas de cárcel por este intento de repoblación).

Calle de Fraguas
Calle de Fraguas

Paseamos por sus calles y nos acercamos a su iglesia que ha sido desescombrada por las personas que ahora habitan el pueblo. Hablamos con uno de los chicos que está allí ayudando en el proyecto que nos invita a pasar a una de las casas que han rehabilitado.

Salimos del pueblo por los amplios prados que lo circunda al este. Aún nos queda alguna subida para superar la Loma de los Eriales. En medio de la cálida tarde nos vemos sorprendidos por un grupo de jabalíes y jabatos que cruzan la pista a menos de 100 metros de nosotros. una de esas maravillosas sorpresas de las que se puede disfrutar en estas sierras desconocidas y solitarias.

Un último tramo sin apenas desnivel y un par de kilómetros en descenso nos llevan hasta nuestro punto de partida en las inmediaciones del pueblo abandonado de Jócar.

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RECORRIDO:


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INFORMACIÓN PRÁCTICA:

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