martes, 7 de abril de 2015

Pirinexus en BTT (Girona y Sur de Francia)

Esta ruta es circular, sigue vías verdes de Girona, atraviesa los Pirineos para enlazar con vías verdes del sur de Francia, y volver de nuevo a España, atravesando la frontera por la Junquera y retomando las vías verdes catalanas. Es una ruta muy completa, no muy larga y, aunque en algunos tramos es algo exigente, es lo suficientemente "llevadera" para ser una opción a tener en cuenta por aquellos que se inicien en esto del cicloturismo...pero cuidado, porque engancha.

Lo mejor es tomárselo con calma, para poder disfrutar de las poblaciones por las que pasa y pedalear sin prisas, disfrutando, porque hay mucho de lo que disfrutar y sitios interesante para visitar. Nosotros hicimos el recorrido en cinco días que creo que es lo mínimo que se le debe dedicar, de ahí en adelante lo que cada uno considere.

Día 1: Palamós-Girona (55.5 Km-400 m)

Decidimos iniciar nuestra ruta en el pueblo costero de Palamós, aunque al ser una ruta circular cada uno se lo puede plantear como más le convenga. El inicio de esta ruta quizá sea lo más feo, aunque esta opinión puede estar muy influenciada por el hecho de que no somos grandes amantes de la playa, y también porque discurre por algunas carreteras con muchísimo tráfico y zonas con muchísima gente, se nota que son pueblos turísiticos. 

Inicio de la ruta

Sin embargo a partir de Sant Feliu de Guíxols se produce un gran cambio, aquí se inicia la vía verde del Carrilet (en la página de las vías verdes se denomina Carrrilet II), una estupenda vía de comunicación que aprovecha el trazado del antiguo tren que recorría la Baix Empordá, e inicia un recorrido agradable y sin apenas desnivel, que nos permitirá disfrutar del paisaje e ir a buen ritmo. 


Vía verde

En muchos tramos se hace más que evidente que vamos por el antiguo trazado del tren, pasando por tramos abiertos en la roca. 

Siguiendo la vía verde
  
También se hace evidente quién iba siempre el primero...y no era yo...

Es una auténtica gozada pedalear por estos carriles que ofrecen trayectos muy sencillos, accesibles y libres de la preocupacion del tráfico, si encima se disfruta de un día soleado de primavera el resultado es inmejorable.

 
El recorrido nos permitirá también apreciar la arquitectura rural de la zona, con bonitas masías.



Durante cerca de 40 kilómetros seguiremos el trazado de esta vía verde, perfectamente señalizada, que nos lleva derechos, y sin pérdida posible, a nuestro destino de hoy. Girona es una pequeña gran ciudad, donde podemos encontrar maravillosos rincones y preciosas calles para recorrer, con museos y pequeñas joyas a descubrir. Por desgracia nosotros llegamos el día que estaba todo cerrado, aún así pudimos disfrutar de la ciudad.

Lo primero nos llevamos la sopresa de una "invasión romana" (Desfile de los Manaires), justo enfrente del albergue en el que nos alojamos...las cosas de la Semana Santa.


Desfile de los Manaires. Girona

Desfile de los Manaires. Girona
Desfile de los Manaires

Pero la ciudad tenía mucho más que ofrecernos, así que nos acercamos a su casco histórico y a su catedral románica, con cierto aire de edificio defensivo  más que religioso.

Catedral de Girona
Catedral de Girona

Para dirigirnos posteriormente por las calles estrechas de la judería...

Calles de la judería. Girona
Calles de la judería. Girona

También nos acercarnos hasta las murallas, que se pueden recorrer en gran parte, permitiendo obtener unas vistas increíbles de la ciudad y de la catedral, siempre presente en el horizonte.

Murallas de Girona
Atardecer desde las murallas

Formando parte de este impresionante muro defensivo podemos pararnos a disfrutar de algunos de los pequeños jardines que se esconden entre sus paredes y torres.

Jardines de las murallas. Girona
Jardines de las murallas. Girona

Y no me puedo resistir a inlcuir aquí una pequeña frase que vi en la pared del albergue y que me encanta, porque resume lo que cualquier viajero siente (creo)



Segundo día: Girona-Olot (60 Km-615 m)

Abandonamos Girona continuando por una vía verde (en este caso la denominada Carrilet I), continuación de la que traíamos el día anteiror, la cual no abandonaremos en los 60 Km que nos separan de la ciudad de Olot.

El inico de la ruta lo realizamos siguiendo el río Ter, que nos acompañará en los próximos kilómetros y nos marca el camino para dejar atrás la ciudad.

Salida de Girona

Siguiendo el río Ter

El recorrido pasa por numerosos pueblos, algunos de ellos muy interantes por ser pueblos medievales, como es el caso de Anglés o Amer, cualquiera de ellos es una buena opción para descansar y disfrutar de un buen café.

Plaza de Amer

El recorrido no presenta ninguna dificultad y no es excesivamente duro, con algunos tramos especialmente bonitos, que nos permiten disfrutar enormemente de la jornada y del entorno.

Vía verde

En este tramo es más notorio que nos encontramos ante un trazado ferroviario, ya que pasamos por puentes y profundas trincheras que permitían el paso, en algunos casos las paredes son de una altura considerable y dan una idea de lo trabajoso que resultó hacer pasar por estas tierras este trazado, y que hoy nos permiten disfrutar de este increíble paisaje. 

Desde Les Planes D'Hostoles hay algo más de pendiente, no es mucha pero las piernas lo notan, hasta llegar al Coll d'en Bas, pero también es uno de los tramos más bonitos



 
El collado marca la transición hacia la llanura, dando paso al valle d'en Bas, formado como resultado de una falla en la zona y que también es el origen de la zona volcánica de la Garrotxa, a la cual nos dirigimos. 

Pedaleando en el valle d'en Bas

Pero antes de llegar todavía veremos algunas infraestructuras del trazado ferroviario, y alguna masía.




En el horizonte podemos distinguir algunos de los volcanes que marcan el paisaje de Olot y que hacen de este lugar un entorno incomparable, constituyendo el paisaje volcánico más importante de toda la Península. 

En Olot nos alojamos en el albergue juvenil, situado en un precioso edificio modernista.

Albergue de Olot
 Albergue de Olot

Por la tarde aprovechamos para subir a un volcán que se encuentra dentro del casco urbano de la ciudad, él Volcán del Montsacopa, donde se encuentra la Ermita de Sant Francesc (s. XVII), así como un sistema defensivo que fue construido en época de la ocupación francesa.

Ermita de Sant Francesc. Olot
 Ermita de Sant Francesc. Olot

Ermita de Sant Francesc. Olot
 Ermita de Sant Francesc. Olot

Muralla en el volcán del Montsacopa. Olot
 Muralla en el volcán del Montsacopa. Olot

Cráter del Volcán Montsacopa. Olot
 Cráter del Volcán Montsacopa. Olot

Tercer día: Olot-Camprondón (42.5 Km-1052 m)

Esta jornada abandonamos las vías verdes e iniciamos el ascenso, ya que nuestro camino nos lleva de forma decidida a encarar los Pirineos, y eso se deja notar. Nada más salir de Olot iniciamos la subida hacia el Coll de Coubert por la N-260a, carretera poco transitada que nos lleva a ascender 600 m de desnivel en unos 10 Km, así que este tramo hay que tomárselo con tranquilidad. Como recompensa tendremos unas bonitas vistas cuando lleguemos a lo más alto, desde donde podremos ver, por primera vez, las altas cumbres de los Pirineos.

Collado de Coubert

Pero no hay que dejarse engañar porque llegar al collado no quiere decir que iniciemos el descenso, tendremos que hacer algún kilómetro más hasta alcanzar el collado de Santigosa, por carretera algo más cómoda y menos transitada (en este punto hay una fuente), a partir de este segundo collado sí que iniciaremos el descenso hacia el Ripollés, alcanzando rápidamente la población de Sant Joan de les Abadesses, un buen sitio para recuperar el aliento y disfrutar de sus monumentos: un monasterio románico, sus iglesias y su característico puente sobre el Ter, río con el que nos reencontramos en esta localidad.

Monasterio románico. Sant Joan de les Abadesses
 Monasterio románico. Sant Joan de les Abadesses

 Iglesia de Sant Pol
 Iglesia de Sant Pol

Pont Vell

A partir de este punto dirigimos nuestros pasos hacia la localidad de Camprodón por caminos agrícolas, que en algún tramo se convierten en senderos con cortas subidas, pero de pendiente muy fuerte, todo ello hará que en algún punto tengamos que echar el pie a tierra

Sendas entre Sant Joan y Camprodón

El río Ter nos acompañará ya hasta la población de Camprodón y tendremos que atravesarlo en alguna ocasión, dejándonos imágenes de sus abundantes aguas.

Río Ter

En pocos kilómetros llegaremos a la bonita población de Camprodón, donde hacen unas magníficas, y famosas, galletas. 
 
Pont Nou. Camprodón

Pont Nou. Camprodón

Esta jornada la acortamos en algunos kilómetros, respecto a lo inicialmente planificado, ya que por delante nos quedaba la subida hacia el Coll d'Ares que preferimos dejar para el día siguiente y difrutar de un merecido descanso. En Camprodón merece la pena hacer una visita al monasterio románico de Sant Pére (s. X), en torno al cual creció el pueblo (pero nos lo encontramos cerrado) y pasear por sus calles empedradas.

Monasterio de Sant Pere
 
Cuarto día: Camprodón-La Junquera (99 Km-1270 m)

Jornada muy larga porque decidimos, sobre la marcha, no hacer noche en Francia, así que atravesamos del tirón toda la parte francesa, esto nos obligó a superar un considerable desnivel, al tener que superar, dos veces en la misma jornada, la línea divisoria de los Pirineos. 

Iniciamos la jornada subiendo hacia el Coll d'Ares por la carretera C-38. En este tramo merece una pequeña parada el pueblo de Molló para contemplar la iglesia románica de Santa Cecilia (s. X). Tras este punto nos quedan unos largos kilómetros de subida, aunque es obligatorio parar para contemplar el valle del Ter, que dejamos a nuestros pies. 


Valle del Ter
Valle del Ter

El Coll d'Ares (1513 m),el punto más alto de toda la ruta, marca la divisoria entre España y Francia, así que, a partir de este punto, nos adentramos en el país galo.

Coll d'Ares (1513 m)
Coll d'Ares (1513 m)

Después de tanta subida nos espera una larguísima y rápida bajada, también por carretera, que nos permitirá tener unas vistas magníficas del macizo del Canigó.


Macizo del Canigó

El primer pueblo por el que pasamos en la vertiente francesa es Prats de Molló, pueblo fortificado, para llegar posteriormente a Arles, Arles de Tech y Els Banys d'Arles.

Prats de Molló
 Prats de Molló

Descenso hacia Arles

A partir de Arles tomamos alternativas a la carretera por pistas, carreteras menores y vías verdes, muy cómodas para el pedaleo y que nos alejan del peligroso asfalto de la carretera principal, para llevarnos por sitios más amables permitiéndonos disfrutar más del recorrido. Gran parte de los tramos por las vías verdes están preparados con cemento, lo cual hace que avancemos a un buen ritmo, sin apenas desnivel.


Pirinexus por las vías francesas

Durante esta jornada recorremos todo el tramo francés encaminándonos, de nuevo, hacia los Pirineos para atravesar la frontera por la Junquera. 

Pirineos al fondo

Y para poder atravesar la línea divisoria no nos quedará más remedio que ascender de nuevo, desde la localidad de Morellas iniciamos un ascenso por carretera muy poco transitada, ya que todo el tráfico va por la autopista. En Riunoguers la carretera se convierte en pista, de hormigón en algunos tramos, y que nos lleva al tradicional paso del Coll de Panissars donde se encuentran las ruinas de un convento benedictino medieval (priorato de Santa María de Panissars), construido sobre una edificación romana previa. 

Como curiosidad comentar que en este punto enlazan, o enlazaban, dos de las principales vías romanas: la Vía Dolomiti, que procedía de Roma, con  la Vía Augusta, la vía romana más larga de Hispania que unía los Pirineos con Cádiz. 

Ruinas del convento benedictino

 Intersección de la Vía Domitia y la Vía Augusta

 Justo enfrente podemos divisar el fuerte de Bellaguarda.

Fuerte de Bellaguarda al fondo

No hay que emocionarse mucho, porque antes de iniciar el descenso hacia la Junquera, y ganarnos nuestro merecido descanso, nos queda enfrentarnos a un par de fuertes repechos que, a esta que escribe, le hicieron echar el pie a tierra. Aunque confieso que me nos sorprendió muy gratamente la zona, ya que esperaba un lugar feo y nos encontramos con un precioso bosque. 


Quinto día: La Junquera-Palamós (99 Km-560 m)

Nos enfrentamos a esta nuestra última jornada y la empezamos, como no, subiendo por fuertes rampas hormigonadas que nos llevará hacia una zona increíblemente bonita e intersante: los estany de La Junquera, zona que fue muy afectada por un incendio en 2012, pero que se recupera poco a poco. Es increíble como la vida se abre camino.





Y es muy interesante porque hay numerosos e importantes monumentos magalíticos que merece la pena detenerse a ver, hay dólmenes y también menhires, en un entorno indescriptible, desviaros un poco de la ruta y tomad alguna de la sendas que indica, no os arrepentiréis. Solo una pequeña muestra...







Y el entorno en el que se encuentran es precioso...


Poco después pasamos por la población de Capmany donde también hay una zona de monumentos megalíticos, pero ya nos teníamos que desviar, así que se ha quedado pendiente para otra ocasión, una pena. 

Después de pasar esta zona el camino pasa a ser por pistas, hasta llegar a Peralada, y nos llevamos la sorpresa de tener que atravesar varios ríos mojándonos los pies. Primero atravesamos el Llobregat y después la Muga, este último con mucho caudal y llegaba a ser peligroso por la fuerza de la corriente, así que después de lluvias hay que tener cuidado y si no se ve claro buscar alternativa por carretera. 


 Camino de Peralada

Atravesando el río Muga

Tras estos puntos algo más complicados, seguiremos durante algunos kilómetros el Camino Natural del Río Muga que nos lleva hasta Castelló d'Empúries. A partir de aquí seguimos caminos agrícolas en bastante buen estado, y sin apenas desnivel que nos permitirán avanzar de forma bastante rápida, dirigiéndonos en dirección a la costa. Volveremos a ver la playa en Sant Martí d'Empúries, donde además es recomendable visitar el núcleo medieval.

Playa de Empúries

 Al fondo de la foto se encuentran las increíbles ruinas de Ampurias, yacimiento romano y griego, que es de obligada visita, aunque hay que dedicarle un tiempo ya que es de dimensiones considerables (nosotros no paramos porque ya lo habíamos visitado en una ocasión previa), la ruta pasa por la misma puerta del yacimiento. 

Desde este punto seguimos por carriles preparados para el pedaleo, que pronto abandonamos. El siguiente tramo tiene numerosos puntos que discurren por asfalto, combinados con caminos agrícolas. En Ullá nos reencontraremos con el Ter, de nuevo, y en Torrela de Montgrí hay un desvío para dirigirse al pueblo de Pals, en nuestro caso en vez de desviarnos decidimos dedicar los siguientes días a visitar estos pueblos medievales de L'Empordá.

Los últimos kilómetros para llegar a Palamós los realizamos por la vía verde del Tren Petit, un recorrido cicloturista que nos permitirá disfrutar de los últimos kilómetros de nuestra aventura de forma cómoda. 

Vía verde del Tren Petit

Después de tanto kilómetros y con las retinas llenas de imágenes estupendas, lo que nos queda es una buena ducha y una buena cena para recuperarnos.

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INFORMACIÓN ADICIONAL:

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