sábado, 30 de junio de 2018

Ascensión al Cerro San Cristóbal (desde Roblelacasa. Guadalajara)

Datos de la ruta:

  • Desnivel: 1000 m (aprox.)
  • Distancia: 20 km(aprox.)
  • Actividad: senderismo
  • Dificultad: ascensión complicada en cuanto a orientación debido a que los caminos están bastante perdidos en esta vertiente del pico.

Descripción

El Cerro San Cristóbal es un viejo amigo, uno de esos al que siempre se vuelve. Dos son los puntos de referencia para los itinerarios posibles a este cerro: desde Colmenar de la Sierra o desde Roblelacasa.

En esta ocasión nos decidimos a ascenderlo desde Roblelacasa, ya que la última vez lo habíamos ascendido desde Colmenar de la Sierra, por eso de cambiar.

La salida desde Roblelaca es fácil de seguir ya que sigue el itinerario del PR-GU 02 que une Roblelacasa con Colmenar de la Sierra siguiendo el curso del río Jarama (nosotros unimos en una de nuestras salidas el PR-GU 02 y el PR-GU 04, que discurre por el otro lado del desfiladero, haciendo una preciosa ruta circular recorriendo el desfiladero del río Jarama)

Roblelacasa desde el PR-GU 02
Roblelacasa desde el PR-GU 02

Al inicio seguimos una senda hasta enlazar con una pista oscura y ancha. A nuestro alrededor una nevada espectacular de las jaras en flor, el olor pegajoso que arranca un sol ardiente envuelve todo. La capa de blancura se ve rota en algunos momentos por el color morado de la lavanda. Un zumbido intenso se abre camino entre las flores y los arbustos, el campo presenta una actividad frenética.

Seguimos la pista en descenso para llegar hasta el Puente de los Trillos o Puente de Matallana (obviando el desvío que indica las cascadas del Aljibe). Este puente fue arreglado hace algunos años, lo que conllevó también la ampliación de la pista e inevitablemente pérdida del parte del encanto de la antigua senda y el antiguo puente. A los pies del moderno puente las aguas bien alimentadas del río Jarama pulen la pizarra y alimentan esta primavera que hacía tiempo que no veíamos.

Río Jarama desde el Puente de Matallana
Río Jarama desde el Puente de Matallana

A partir del puente, la pista se convierte en una estrecha senda que nos permite acceder hasta el despoblado de Matalla (aunque hace unos años hubo un intento de revivirlo, nosotros no nos cruzamos con nadie).

En Matallana buscamos la ancha pista que atraviesa el pueblo para seguirla hacia nuestra izquierda. La seguimos hasta, tras una curva, alcanzar una pista en evidente desuso que se adentra en los pinares que se desbordan por la ladera del San Cristóbal.

Inicio de la pista desde Matallana
Inicio de la pista desde Matallana

Seguimos la pista, nos adentramos en los pinares. Entre los pinares crecen pocas jaras, en general pocos arbustos, por lo que nuestro paisaje se limita durante esta larga subida a un terreno reseco y tapizado de agujas secas, troncos caídos y algún matorral que aprovecha los pocos focos de sol que salvan la penumbra.

En este tramo improvisamos un poco. Abandonamos la pista para seguir una pequeña vereda que se abre camino entre los pinos y sigue el recorrido de una manguera que busca con avidez un punto de agua. En algunos tramos la pendiente es importante. Empieza a hacer calor y la tierra reseca parece aumentar la sensación de calor. Esta senda se une de nuevo a una pista (por lo que intuimos que si no hubiésemos abandonado la pista hubiésemos llegado al mismo punto) para finalmente enlazar con una pista más ancha que recorre casi en horizontal la ladera del Cerro San Cristóbal.

Al enlazar con la pista, la seguimos hacia nuestra izquierda. Iniciamos un ligero descenso. La pista, que en un principio parece ancha y bien marcada, se pierde en grandes tramo. Es evidente que no tiene mucho uso desde hace tiempo. La naturaleza ha vuelto a ocupar los espacios que le correspondían.

Pista en la ladera del Cerro San Cristóbal
Pista en la ladera del Cerro San Cristóbal

Seguimos la pista durante varios kilómetros bordeando el Arroyo de Matallana. Miramos continuamente a nuestra derecha porque entre toda esa vegetación se esconde la senda que deberíamos tomar si no queremos descender en exceso.

pasamos una zona algo más despejada donde parece intuirse una senda que asciende la pendiente siguiendo la línea de máxima pendiente. Parece más un cortafuegos invadido por la vegetación que un sendero, pero lo tomamos para evitar descender más.

Este tramos es un duro ascenso, más por el calor que por la dureza en sí del sendero, que nos lleva hasta un pequeño colado a unos 1400 m. No siempre es fácil de seguir, así que hay que orientarse bien y abrirse camino por los puntos que sean más evidentes.

Cerro San Cristóbal
Cerro San Cristóbal

Desde el collado, el Cerro San Cristóbal se yergue entre los pinares con una gorra caliza muy característica. Parece fácil, un cortafuegos parece llevarnos directamente hasta sus pies.Pero un fuerte zumbido nos detiene. A lo lejos vemos un gran grupo de colmenas, el zumbido, que se escucha a casi doscientos metros, nos detiene y nos hace plantearnos buscar una alternativa a este camino evidente. Finalmente decidimos buscar otra ruta de ascensión.

Descendemos hacia la pista (Camino de los arrieros) que culebrea por la ladera suroeste del cerro hasta alcanzar el collado de San Cristóbal (1434 m).

Collado de San Cristóbal (1434 m)
Collado de San Cristóbal (1434 m)

Desde el collado la ascensión hay que rebuscarla. No parece llegar mucha gente hasta este punto. Nos abrimos camino entre flores de mil colores para localizar (o más bien intuir) los puntos más evidentes de ascenso.

Buscamos los puntos más despejados y aprovechamos la roca para ascender. Finalmente optamos por una amplia y empinada canal para la última decena de metros. las vistas desde la cumbre del Cerro San Cristóbal (1588 m) son excepcionales.

Cumbre del Cerro San Cristóbal (1588 m)
Cumbre del Cerro San Cristóbal (1588 m)

Aprovechamos las amplias vistas para reponer fuerzas, disfrutar de la increíble soledad del lugar (no hemos visto a nadie en todo el recorrido).

Iniciamos el descenso siguiendo la cuerda del San Cristóbal que se extiende hacia el noreste. Los primeros tramos los descendemos sobre grandes bloques de roca, vemos algún hito aislado, pero es difícil de verlos entre un paisaje tan rocoso. Aprovechamos las pequeñas canales y sus ríos de piedra para este descenso inicial.

Descenso del Cerro San Cristóbal
Descenso del Cerro San Cristóbal

Descendemos rápidos, hasta alcanzar el collado del Otero (1459 m). Aquí las rocas son sustituidas por jaras, lavanda y otros arbustos que nos distinguimos. Un senda parece marcarnos un camino en el margen del pinar que se abre a nuestra derecha.

La senda se termina convirtiendo en una pista que hace tiempo dejó de serlo. Una rápida mirada a nuestra espalda nos permite vislumbrar el trazado del camino de descenso. Sobre nosotros el solitario San Cristóbal.

Cerro San Cristóbal. Descenso
Cerro San Cristóbal. Descenso

A medida que descendemos, la cima se empieza a perder. A los pocos metros apenas percibimos una pequeña punta que sobresale náufraga.

Seguimos la pista hasta conectar con otra en el mismo estado de abandono y que seguimos hacia nuestra izquierda. Esta pista finaliza de manera abrupta, pero una senda parece seguir el descenso. La seguimos, aunque intuimos que es una consecuencia del paso de animales. Finalmente la senda nos deja en una senda bien marcada, hemos conectado, de nuevo, con el sendero de pequeño recorrido PR-GU 02.

PR-GU 02 a Matallana
PR-GU 02 a Matallana

Seguimos este sendero durante varios kilómetros y nos lleva sin posibilidad de pérdida hasta Matallana.

Desde aquí los más inmediato es deshacer el camino andado para regresar a nuestro punto de salida: Roblelacasa.

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INFORMACIÓN PRÁCTICA:

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