jueves, 7 de junio de 2018

Ascensión al Santotis (Semillas. Sierra Norte de Guadalajara)

Datos de la ruta:

  • Desnivel: 700 m (aprox.)
  • Distancia: 17 km 
  • Actividad: senderismo
  • Dificultad: ascensión sencilla con vistas espectaculares a las montañas que la rodean (Pico Ocejón, Alto Rey). La primavera el mejor momento para hacer una visita a estas tierras solitarias. 

Descripción

Llegamos al pueblo de Semillas con una mañana soleada. Empezamos tarde, como siempre, pero los largos días de primavera permiten estas licencias.

Dejamos las casas atrás, tomando un sendero comido por la hierba que sale de la parte baja del pueblo. A los pocos metros el sendero empieza a ganar la batalla a las hierbas. Cuando nos acercamos al barranco de Majada, es evidente que avanzamos por antiguos caminos.

Camino cerca del barranco de Majada
Camino cerca del barranco de Majada

Estos primeros metros son de descenso. Junto al arroyo, la mano del hombre se hace evidente en los terrenos cercados. Tras atravesar las cantarinas aguas que alimentan el barranco de Majada, empezamos a subir por la ladera de la montaña.

La subida no es dura. Nos lleva hasta una amplia pista que ignoramos para continuar por la senda, mucho más amable para el senderismo.

Seguimos el ascenso. Lentamente arañamos metros. A nuestro alrededor solo se escuchan pájaros alborotados. La naturaleza está revuelta con este sol y tanta agua. Nuestro lento caminar nos ofrece las primeras vistas de nuestro objetivo: el pico Santotis. Su color gris resalta en este escenarios de verdes.

Avanzando hacia el Santotis
Avanzando hacia el Santotis

Atravesamos un segundo barranco: el barranco de la Chorrera.Los robles frondosos encuentran en estos barrancos protegidos el lugar ideal para crecer. A nuestro alrededor la naturaleza florece: las flores de las jaras asoman aún tímidas con estos días de frío poco usuales en el mes de junio; el brezo, con sus pequeñas flores blancas y acampanadas, decoran estas tierras habitualmente más austeras.

Atravesamos una segunda pista. Una rápida mirada hacia atrás nos ofrece una magnífica panorámica y un cielo que empieza a amenazar con una nueva tormenta.

Ascensión al Santotis
Ascensión al Santotis

La senda se desdibuja, avanzamos sin una senda clara, pero tomando como referencia la cuerda. En algunos puntos nos salimos por el lateral.

A estas alturas la vegetación cede terreno a una paisaje más duro, menos amable. Aquí es la roca la que impone sus perfiles, una roca oscura, afilada y frágil. Estamos inmerso en el mundo de la pizarra.

Ascenso por la cuerda
Ascenso por la cuerda

Tras alcanzar la primera altura de la cuerda del Santotis, a unos 1510 m, empezamos a ver los primeros hitos. A partir de este punto la ruta se vuelve más sencilla con el Santotis siempre como referencia en el horizonte.

Una estrecha senda se abre camino entre la resistente gayuba que tapiza de una verde intenso lo que en otras épocas del año aparece apagado.

Pico Santotis
Pico Santotis

Desde estas alturas disfrutamos de unas magníficas vistas de Sierra Gorda, incluso creemos distinguir, a nuestros pies, los restos del pueblo abandonado de Santotis (que comparte nombre con el pico que le cobija). Al fondo se distinguen brillantes las aguas del embalse de Alcorlo que ha pasado de estar sediento a presentar esta estampa saciada.

Seguimos el recorrido sin prisas, disfrutando de la brisa y del sol templado. Cerca de la cumbre nos desviamos para acercarnos a los restos de lo que parece un edificio, sin que seamos capaces de dar una interpretación (aunque nuestra imaginación se dispersa y vuela a otras épocas de ganaderos y guerras).

Apenas veinte metros finales nos separan de la cumbre. Los recorremos pisando restos de tejas, lo que parece indicar, junto con la plataforma claramente construida junto al vértice geodésico, que en algún momento, ha existido algún edificio en las proximidades.

Llegamos a la cumbre del Santotis (1560 m) en completa soledad. A lo lejos, se perfila la silueta del Pico Ocejón que, estamos casi seguros, estará atestado de gente.

Cumbre del Santotis (1560 m)
Cumbre del Santotis (1560 m)

El aire frío nos aleja del punto más elevado para buscar refugio entre las rocas. Aprovechamos para hacer una parada y comer un bocadillo de chorizo que nos sabe a caviar. No hay mejor restaurante que estas montañas con estas vistas y buena compañía.

Tras el descanso, seguimos nuestro camino. Ahora nos dirigimos hacia el Mojón Grande siguiendo la cuerda. Poco después de iniciar el descenso damos con una pista (que más bien parece un cortafuegos) que nos guiará en nuestro recorrido por las cumbres menores de la cuerda.

Mojón Grande. Cuerda
Mojón Grande. Cuerda

A partir de aquí el camino se hace más evidente, también algo más aburrido. Las nubes empiezan a ganar consistencia, el sol cada vez se esconde durante más rato detrás de las nubes en pleno crecimiento.

Seguimos la cuerda hasta dar con una ancha pista que recorre la falda del Santotis por su vertiente norte. La pista es larga, ancha y, para andar, no es lo ideal (aunque nos hace planificar algunas rutas en bici por la zona). Sin embargo la montaña está tan bonita y las vistas  de la Sierra de Ayllón con tan espectaculares que son numerosas las paradas que realizamos.

A lo lejos la figura del Ocejón se impone. A nuestro pies las flores moradas de la lavanda y las motas blancas del brezo, alegran esta tarde que torno a gris por momentos.

Pico Ocejón (Sierra de Ayllón)
Pico Ocejón (Sierra de Ayllón)

Perdemos altura. A medida que descendemos, los pinares nos rodean para ser sustituidos después por frondoso robledales. Nos vemos rodeados de centenares de moscas rabiosas. Nos vemos sorprendidos por la presencia de un roble enorme, majestuoso, imponente.

Tras varios kilómetros, alcanzamos el collado del Azoquejo (1237 m). En este punto confluyen varias pistas (entre ellas las que atravesamos en nuestro ascenso). Nos desviamos para acercarnos a las teinadas que se esconden entre los arbustos a nuestra izquierda y que hemos intuido en nuestro descenso.

Nos aguarda un grupo de edificios, seguramente con uso ganadero, ahora abandonados.

Teinadas. Collado del Azoquejo
Teinadas. Collado del Azoquejo

Algunas de las teinadas conservan parte de la estructura. Algunas vigas se resisten a darse por vencidas. Puertas y ventanas dan un aire de humanidad a lo que ya solo es abandono. Poco a poco, los postes, las maderas ceden ante el peso de tantos inviernos.

Teinada. Collado del Azoquejo
Teinada. Collado del Azoquejo

Caminamos en silencio entre las paredes. El aire empieza a oler a humedad. El cielo anuncia tormenta. Decidimos proseguir con nuestro recorrido, aún nos queda un rincón muy especial por visitar.

Regresamos al collado del Azoquejo para buscar el camino que nos permita descender hasta el barranco de Casa Fraile. Entre jaras nos abrimos paso, más  por intuición que porque realmente hayamos localizado el sendero, y descendemos hasta alcanzar una de las corrientes de agua que alimenta el barranco de Casa Fraile.

Al otro lado sí que se distingue un sendero que nos lleva hasta un grupo de edificios. Hemos llegado a Casas de Fraile. Un conjunto de teinadas que, por su número, parecen formar un pueblo pero que, por lo que hemos podido leer, eran un conjunto de edificios dedicados al ganado.

Casas de Fraile
Casas de Fraile

Las construcciones se extienden a lo largo de un llano entre pequeños barrancos. Paseamos, entramos en alguna de las construcciones y nos encontramos algunos retales de pasado colgado de las paredes: un bastón partido, cuerdas anudadas... No puedo evitar cierta tristeza ante la evidencia de una vida que ya no es, al sentir la sombra de los que estuvieron.

Durante nuestro paseo nos sorprenden las primeras gotas. El cielo descarga. Aún así, seguimos con nuestra prospección del pasado. El olor de la tierra mojada, el tapiz verdoso, las flores blancas, la oscuridad del cielo...de música de fondo escuchamos lo que nos parece un gruñido. Creemos haber sorprendido a un ciervo que huye entre las ramas sin que lleguemos a verlo.

Casas de Fraile
Casas de Fraile

La lluvia empieza a caer con fuerza. Buscamos un puente de cemento que hemos visto en la parte alta. Seguimos el sendero que se abre camino al otro lado entre los muros de piedra que delimitaban antiguas zonas de cultivo.

Sendero entre Casas de Fraile y Semillas
Sendero entre Casas de Fraile y Semillas

Un leve ascenso nos permite llegar, en apenas diez minutos a Semillas, justo a tiempo para ver como se desata una fuerte tormenta a nuestro alrededor.

Un vez más, y aunque no es la primera vez que venimos a Semillas y subimos el Santotis, nos vemos sorprendidos por esta naturaleza solitaria de la Sierra Norte.

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RECORRIDO:


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INFORMACIÓN PRÁCTICA:

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