domingo, 17 de noviembre de 2019

GR 303. Sierra del Rincón (Sierra de Guadarrama. Madrid)

Datos de la ruta:

  • Desnivel: 2300 m
  • Distancia: 58 km
  • Actividad: senderismo (dos días)
  • Dificultad: ruta dura por la distancia y el desnivel (quizá más apta para hacerla en tres días). Algunos puntos muy mal señalizados que hacen difícil seguir el recorrido sin llevar track (desvíos con señales poco visibles y sin señales verticales; puntos dudosos con otros GRs o caminos). 

Descripción

Ruta que transcurre allí donde la Sierra de Guadarrama se une a la vecina Sierra de Ayllón. Este recorrido nos llevará por los caminos de la Sierra del Rincón (más conocida como Sierra Pobre) siguiendo antiguos caminos.

Día 1. Puebla de la Sierra-Montejo de la Sierra (28 km-1150 m)

Nuestro lugar de salida lo elegimos en Puebla de la Sierra, una preciosa localidad encerrada en un circo de difícil acceso. Nuestros primeros pasos nos llevan hacia el río de la Puebla, que discurre a los pies del cementerio, donde nos esperan los resplandecientes colores del otoño.

Descenso al río de la Puebla
Descenso al río de la Puebla

El cielo está oscuro, amenaza agua desde primera hora de la mañana. Esa oscuridad hace que los tonos ocres se vean con una luminosidad muy especial. Las señales del GR 303 nos indican el camino a seguir.

Nada más pasar las aguas del río de la Puebla, iniciamos el ascenso. Primero de manera pausada, pero no tardará mucho en acentuarse la pendiente y hacerse más pedregoso el camino. A mitad de subida, empieza a llover. Al igual que la cuesta, primero de manera pausada, pero a los pocos minutos la llovizna se convierte en lluvia recia.

Collado Larda
Collado Larda (1395 m)

A pesar de todo, el olor a tierra húmeda y el aroma de las jaras son un buen antídoto contra el frío. Al llegar al collado Larda (1395 m) todos los aromas son barridos por el fuerte viento que se precipita entre las montañas.

A nuestra izquierda, el cerro Larda (1445 m); a la derecha, nuestro camino. Seguimos la cuerda con el aire helado golpeándonos el rostro. Nos escondemos como podemos tras los impermeables y seguimos avanzando por un ancho camino que discurre por la cuerda.

Primero alcanzamos las faldas del cerro de las Cabezas (1563 m) para luego llegar al collado Cimero (1522 m). Sobre nuestras cabezas las nubes, no nos permiten ver las cumbres más altas de la sierra más allá del arroyo de Vallejoso.

Cerro de las Cabezas (1563 m)
Cerro de las Cabezas (1563 m)

Las  nubes se mueven rápido y, por algunos segundos, el sol abre una rendija entre el muro gris, pero apenas dura. Cuando el sol se vuelve a esconder la lluvia vuelve con más fuerza y el aire con más ímpetu al alcanzar el collado Valtejoso (1565 m).

A medida que ganamos altura el cielo parece volverse más fiero y el agua se convierte en granizo. Desechamos la posibilidad de ascender a peña de la Cabra (1831 m) que intuimos sobre nuestras cabezas.

Luchando contra un fuerte viento de cara y un frío que se hace más intenso por momentos, alcanzamos el collado de la Tiesa (1689 m). A partir de este punto el bosque nos ofrece un buen refugio entre los quejidos de sus habitantes.Una pista hecha más para las ruedas que para los pies, nos lleva de La Tiesa (1668 m) a peña Cuervo (1661 m) y de ahí a la carretera que asciende hacia el puerto de la Puebla (30 metros por encima).

Entre La Tiesa y peña Cuervo
Entre La Tiesa y peña Cuervo

Al cruzarnos con la carretera nos cuesta situar el sentido del GR, por unos momentos dudamos. Seguimos la carretera en sentido descendente, a los pocos metros vemos una señal escondida en el guardarrail. Seguimos el asfalto durante dos largos kilómetros (con algún punto dudoso más señalizado), hasta que en una curva pronunciada el camino opta por volver a los caminos.

Iniciamos el descenso paralelos al arroyo de Nazaret. Hace frío y el descenso hace que el viento congele el sudor, nos ponemos todo el abrigo que llevamos. Tomamos una pista muy ancha y en un pequeño collado empiezan nuestras penurias. Perdemos las indicaciones del GR 303. Primero seguimos el camino que es evidente (dirección a Las Cabezas) regresamos, pero no vemos ningún desvío. Hasta que al descender desde el collado localizamos las indicaciones (demasiado lejos como para verlas en el punto del desvío, donde no hay ninguna indicación del cambio de dirección).

Iniciamos un preciosos descenso por un espeso robledal que rodea las faldas de Las Cabezas (1379 m) y bordea las aguas del arroyo del Valle de Buitrago.

Robledal. Ladera de Las Cabezas
Robledal. Ladera de Las Cabezas

Tras este tramo, que debido a las interminables rectificaciones nos lleva un buen rato, nos unimos a la pista que lleva a la ermita de Nazaret y a la senda señalizada que lleva a esta ermita. Nos encontramos con los primeros andarines de la jornada, lo que nos indica que nos aproximamos a alguna población.

Bordeamos la ermita de Nazaret y llegamos a un cruce algo confuso con diversas indicaciones. Una de ellas nos indica Montejo de la Sierra (nuestro destino, pero no tan pronto, aunque es una posibilidad de acortar o en caso de necesidad), otra pista indica hacia un mirador. Por orientación optamos por esta segunda pista que nos debería llevar en dirección a Prádena del Rincón.

Sendas a Prádena del Rincón
Sendas a Prádena del Rincón

Los caminos discurren entre antiguos cercados. Refugiados entre la espesa vegetación, el frío disminuye y nos permite disfrutar de los magníficos paisajes otoñales. Desembocamos de nuevo en el asfalto de la M-130. Nos alejamos unos metros para hacer una breve visita a la laguna del Salmoral para, poco después, desviarnos por las indicaciones del GR 303 que, en este caso, coinciden con la de vías pecuaria.

GR 303. Vía pecuaria
GR 303. Vía pecuaria

En este tramos el GR 303 coincide con las indicaciones de la vía pecuaria de las merinas que nos lleva a atravesar el arroyo de los Santillos y a tomar el camino del Lomo de la Cabaña. Tras un buen rodeo de unos 5 kilómetros por los robledales que rodean Prádena del Rincón, entramos en sus calles por el área deportiva.

Apenas nos detenemos, las numerosas confusiones han provocado que vayamos algo limitados de tiempo y el tiempo no acompaña para que nos sorprenda la noche por los caminos. Descendemos hacia las aguas del río de la Nava, cuyas aguas sorteamos por un puente algo deteriorado.

Río de la Nava
Río de la Nava

Un corto ascenso nos lleva hasta la pista que nos lleva a Horcajuelo de la Sierra, donde nos sorprende nuevo una lluvia intensa y fría que promete hacer de estos últimos kilómetros un pequeño sacrificio.

Dejamos Horcajuelo de la Sierra por la carretera de la que nos desviamos a los poco metros para iniciar un fuerte ascenso por el cordel de la Calleja. Nos desviamos del cordel para tomar los caminos que nos llevan a nuestro destino de hoy: Montejo de la Sierra (el GR 303 sigue por el cordel), famoso por el hayedo que se sitúa en su término municipal.  Dando por finalizada la jornada y con una ducha caliente en la mente.

Día 2. Montejo de la Sierra-Puebla de la Sierra (30 km-1150 m)

Salimos de Montejo de la Sierra por los caminos que asciende por la parte alta del pueblo para retomar el cordel de la Calleja y las indicaciones del GR 303. La mañana se ha despertado igual de gris que el día anterior, pero las nubes parecen querer darnos una tregua, así que disfrutamos de estos primeros kilómetros por buena pista que se abre camino entre los robles teñidos de metal.

Nos abrimos camino por la dehesa del Boyal. En la parte baja de la ladera numerosas charcas de agua. En nuestro camino una fuente que ofrece un generoso caudal de agua: la fuente del Macarra (sin duda, curioso nombre).

Fuente del Macarra
Fuente del Macarra

Disfrutamos de estos paisajes, la pista serpentea entre las laderas y salva los barrancos de los numerosos arroyos que se arremolinan para formar el arroyo de la Mata.

Arroyo de la Mata
Arroyo de la Mata

 Salvamos la estrecha corriente del arroyo de la Mata, para ascender hacia el Puerto del Cardoso (1348 m). Y de nuevo nos encontramos con as dudas en cada intersección. La señala es ambigua y hay tres caminos posibles, al final, con la ayuda del mapa, nos decantamos pro la pista que parece más lógica.

Nos adentramos en un pinar. El intenso aire zarandea a estos espigados gigantes y les hace quejarse con sonoros alaridos. Durante algunos cientos de metros no vemos más que señales naranjas (que durante el recorrido nos han acompañado lo que nos hace pensar que el GR 303 sigue esta pista), pero no hay señales blanquirrojas a la vista. Tenemos que andar más de un kilómetro para encontrar una señal que nos confirme que efectivamente seguimos el GR 303.

Desde esta pista, que bordea las Picayuelas (1530 m) y el pico Bañaderos (1638 m), tenemos una hermosa panorámica de El Cardoso de la Sierra en el fondo del valle que abre en su discurrir el río Jarama.

El Cardoso de la Sierra
El Cardoso de la Sierra

El camino nos lleva a un fuerte descenso hacia La Hiruela. Aquí hacemos una breve parada para calentarnos un poco antes de proseguir con la ruta.

Abandonamos La Hiruela por las sendas que acompañan al arroyo de la Fuentecilla y que, en escasos metros, nos acercan a la Fuente Lugar, un manantial donde las mujeres del pueblo lavaban la ropa en invierno dad su posición resguardada.

Arroyo de la Fuentecilla
Arroyo de la Fuentecilla

Las indicaciones del GR 303 nos llevan a atravesar la carretera M-137 y a iniciar una fuerte subida. Primero una pista  nos lleva hasta collado Hondo (1363 m).

La pista da paso a una senda más estrecha y sinuosa, más acorde con estas agrestes montañas. La poco marcada vereda nos guía por las faldas de los picachos que nos rodean. Bordeamos el collado de Mingo Pérez (1418 m).

Senda hacia Las Povedas
Senda hacia Las Povedas

Llegamos a un cercado con indicaciones claras del GR que se entremezclan con otras, entre ellas las marcas naranjas de la ruta ecuestre). De nuevo este punto se convierte en u punto conflictivo de la ruta. Seguimos a nuestra derecha, pero no lo vemos claro. Volvemos sobre nuestros pasos y seguimos una senda a nuestra derecha con marcas naranjas que nos hacen creer que estamos en la senda correcta. nada más lejos de la realidad, tras dios kilómetros, volvemos sobre nuestros pasos.

De nuevo en el punto de salida, tras varios kilómetros de más y un tiempo precioso, decidimos tomar el tercer camino posible. A los setecientos metros una señala de GR, poco visible y escondida tras la vegetación, nos indica que este es el camino. Este caminos nos lleva hasta Las Povedas.

En este punto, situado frente al cerro El Morro (1536 m), es el punto de conexión entre el GR 88 y el GR 303. Y, de nuevo, un punto conflictivo en nuestro recorrido. Las indicaciones de GR 88, que se dirigen hacia la parte alta del cerro El Morro, las vemos claras, pero no así las de nuestro recorrido.

Retrocedemos, pero no vemos ninguna indicación. Hasta que decidimos seguir una pista algo marcada que se dirige por la parte más baja del cerro. A los pocos metros vemos una señala en un árbol perdido en medio de la maraña de vegetación y para allá que vamos. Nos abrimos camino entre las jaras y los brezos hasta dar con otra senda (que parece resistir gracias al paso de las motos) hasta reecontrarnos con el recorrido del GR 88, una vez bordeado el cerro El Morro (1536 m).

Durante un tramo, ambos GRs se fundes en la senda que sigue a media ladera. Aunque el GR 88 en algún punto se separa.

GR 303
GR 303

Cansados de tanto perdernos, llegamos al collado Salinero (1575 m) donde definitivamente el GR 88 se separa del GR 303. Mientras que el primero sigue en dirección a las cumbres, nuestro GR 303 sigue la aburrida pista que bordea la cuerda de la Astilla.

La pista, a media ladera, nos permite sortear sin esfuerzo las alturas de el Alto del Porrejón (1824 m) y Peña Hierro (1743 m). Hasta alcanzar el collado de las Palomas (1602 m).

Collado de las Palomas
Collado de las Palomas (1602 m)

Iniciamos un largo, larguísimo descenso hacia Puebla de la Sierra. La pista se resiste a descender. Seguimos la ladera y parece querer dejar atrás el pueblo. La oscuridad gana terreno y, con ella, el frío. El descenso se hace algo penoso y nos obliga a abrigarnos.

Sin apenas luz, llegamos a las calles de Puebla de la Sierra, después de haber disfrutados de dos magníficos días de montaña por esta solitaria y otoñal Sierra del Rincón.

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RECORRIDO:


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INFORMACIÓN PRÁCTICA:

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