jueves, 5 de septiembre de 2019

Ascensión al Pico del Lobo

Datos de la ruta:

  • Desnivel: 800 m
  • Distancia: 18 km 
  • Actividad: senderismo
  • Dificultad: ruta sencilla que da acceso, por buenas sendas y pistas, al techo de la provincia de Guadalajara. 

Descripción

Son las seis y media de la mañana. Continuamos con esta nueva costumbre de salir cuando el sol aún no ha asomado. Es la única manera de evitar el calor agobiante de este verano pegajoso. Hoy hemos decidido acercarnos a esta cumbre por un camino que aún no habíamos recorrido: la ascensión desde el Puerto de la Quesera (1.715 m).

Y aquí iniciamos nuestro recorrido. Con los primeros pasos, las primeras cuestas. Pedregosas y de pronunciada pendiente para encaramarnos al Lomo de las Caseruelas.

Lomo de las Caseruelas

La cuerda se convierte en un continuo sube y baja, de rampas con bastante pendiente. Ganamos altura, para luego volver a perderla. Subimos a los 1.863 m para descender después a los 1.812 m en al Collado de Prado Llano. El olor intenso de los piornos parece aumentar en un par de grados la temperatura (por alguna razón tengo asociado ese olor a los calurosos veranos de la Sierra de Gredos).

Una fuerte subida nos lleva hasta los redondeados 1.872 m del Calamorro de San Benito para, de nuevo, volver a perderlos en una fuerte bajada que nos lleva hasta el Collado de San Benito (1.793 m), donde casi nos situamos a la misma altitud del punto de salida.

No dejamos la cuerda, ahora toca enfrentarnos a una empinada pista pedregosa e incómoda rodeada de arbustos. Alguna tímida sombra doblega los primeros calores del día. Pos fin un sendero se abre a nuestra izquierda y nos permite abandonar la anodina pista.

El sendero sigue ascendiendo sinuoso entre pinos repoblados hasta alcanzarla cuerda y el Cerro del Aventadero (2006 m) confundido entre las rocas que se yerguen hacia el cielo.

Cuerda y Cerro del Aventadero
Cuerda y Cerro del Aventadero

Este tramo lo disfrutamos. El sol asoma tímido pero aún no con la suficiente fuerza como para que el calor se deje sentir. A nuestra derecha, a lo lejos, perdida en la ladera se ve la estación de esquí de La Pinilla, ahora desnuda.

Nuestro camino nos lleva hasta alcanzar el Collado del Aventadereo. En este punto nuestra senda se une a la pista que asciende desde la estación de La Pinilla. La pista gana la batalla a nuestra pequeña senda y pasamos a caminar por un amplio sendero árido. 

Una fuerte rampa pedregosa, casi fea, nos sorprende para alcanzar el Collado de las Peñuelas (2215 m). La vegetación ha ido desapareciendo a medida que ascendíamos y, al asomarnos a la vertiente sur, vemos un paisaje seco y pobre. A lo lejos la imagen del Pico del Lobo afeado por una vieja construcción de la estación que ha ido soltando despojos con el tiempo hasta quedar reducido a unas peligrosas ruinas.

Pico del Lobo desde el Collado de las Peñuelas
Pico del Lobo desde el Collado de las Peñuelas (2215 m)




Tocamos nuestro objetivo con los dedos. Solo nos queda un mínimo descenso al Portillo del Lobo, para luego enfrentarnos a una tenue pendiente final que nos permite llegar hasta el vértice geodésico que nos indica que hemos alcanzado la máxima altura de la provincia de Guadalajara: el Pico del Lobo (2274 m).

Pico del Lobo (2274 m)
Pico del Lobo (2274 m)

Descansamos un rato, nos dejamos acariciar por el sol y la ligera brisa que barre la cumbre. Comemos algo. Miramos la hora, es pronto. Miramos hacia el paisaje que nos rodea. El cuerpo nos pide más, así que decidimos alargar un poco la caminata.

Ya hemos ascendido muchas de las cumbres que tenemos a nuestro alrededor: el Cervunal (2195 m), Alto de las Mesas (2257 m), el Cerrón (2197 m). Pero hay un pico en la Cuerda de las Mesas que no hemos ascendido, así que dirigimos nuestros pasos hacia allí.

Primero toca descender el Pico del Lobo por su vertiente norte, quizá la más empinada y alpina. No hay una senda evidente, esta cuerda no es muy visitada (quizá porque no hay caminos evidentes de bajada lo que la hace menos deseable que algunas otras posibilidades en la zona). El descenso es sencillo, aunque hay que improvisar el camino.

Cuerda de las Mesas
Cuerda de las Mesas

A pesar de todo no hay pérdida posible. La Cuerda de las Mesas presenta una línea evidente y clara. Avanzamos con pequeñas subidas y bajadas entre vegetación baja y algún piorno. También localizamos alguna construcción sola y abandonada, la cerca que la rodea delata su uso ganadero en épocas de trabajo duro por estas alturas.

Progresamos, alcanzamos lo que parece una primera cumbre. Creemos haber llegado a la Buitrera de los Lobos (2214 m), no tenemos forma de comprobarlo porque hoy no hemos traído el GPS. Vemos una pequeña elevación un poco más adelante, parece más alta. Por si acaso, y considerando que es una buena excusa para proseguir con nuestra andadura, decidimos acercarnos a este segundo pico marcado por un hito de piedras. Decididamente tiene más encanto y decidimos que estamos en la Buitrera de los Lobos (2214 m).

La Buitrera de los Lobos (2214 m)
La Buitrera de los Lobos (2214 m)

Dejamos transcurrir unos minutos en estos silencios. Es curioso pero no nos hemos cruzado con nadie (raro en un pico tan popular). Cuando el sol empieza a apretar y da los primeros avisos, decidimos abandonar nuestro reposo y deshacer el camino andado.

Ahora obtenemos una panorámica muy diferente del Pico del Lobo, más agreste y desafiante. En lo alto las antenas que asoman afean esta magnífica montaña.

Pico del Lobo desde la Cuerda de las Mesas
Pico del Lobo desde la Cuerda de las Mesas

El camino de regreso se hace pesado, largo, interminable. Especialmente en el descenso desde el Collado de Piñuelas hasta el Collado del Aventadero, donde la pedrera hace incómodo el avance.

El calor empieza a apretar y arranca olores intensos a los piornos y a los densos pinares que nos rodean. En el Collado de San Benito (1793 m) decidimos desviarnos por la pista que sale a nuestra derecha con el objetivo de hacer la ruta circular y no repetir la cuerda que nos trajo hasta este punto a primera hora de la mañana.

La pista no parece estar muy transitada. Iniciamos un descenso lento. La pista repta y se pierde entre los pliegues del Lomo de las Caseruelas sumando kilómetros.

Pista en la aldera del Lomo de las Caseruelas
Pista en la aldera del Lomo de las Caseruelas

Se hace, literalmente, interminable. El sol empieza a pegar fuerte y aquí, entre pinos, el aire no consigue alcanzarnos. Tras una hora y media larguísima, alcanzamos de nuevo el punto de salida en el Puerto de la Quesera (1715 m) chorreando sudor y deseando tomar algo fresco para celebrar este estupendo día de monte.

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RECORRIDO:


No llevamos GPS y, por tanto, no grabamos la ruta ya que hay numerosos tracks de este recorrido disponibles en wikiloc.

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INFORMACIÓN PRÁCTICA:
  • Mapa Sierra de Ayllón y Ocejón. Escala 1: 50.000. La Tienda Verde.


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