jueves, 3 de enero de 2019

Ascensión al Alto Rey (Prádena de Atienza)

Datos de la ruta:

  • Desnivel: 800 m (aprox.)
  • Distancia: 15 km 
  • Actividad: senderismo/ascensión
  • Dificultad: ruta sencilla sin dificultades técnicas. La subida desde la Cueva del Oso la realizamos sin senda evidente debido a cambio de planes (la presencia de una cacería aconsejó cambiar algo la ruta. 

Descripción

Esta ruta la realizamos antes de la llegada de este invierno caluroso. El otoño se presentaba como debe ser: húmedo, frío y de colores nostálgicos colgados de los robles.

Decidimos realizar la ascensión desde Prádena de Atieza, aunque hay numerosos caminos posibles para ascender a esta emblemática cumbre de Guadalajara. No era nuestra primera visita. No solo la habíamos ascendido con anterioridad sino que también habíamos llegado a su cumbre sobre las dos ruedas en nuestra Travesía por el Sistema Central en BTT.

Iniciamos la ruta siguiendo las indicaciones hacia la Cueva del Oso. Los primeros kilómetros discurren por un frondoso robledal saturado de otoño y una alfombra de crujidos.

Robledal. Prádena de Atienza

El cielo plomizo agudiza la sensación de frío. A nuestros pies, entre las ramas, murmuran las aguas del río Pelagallinas que discurre bien alimentado por el valle.

Ascendemos cómodamente. La pista se estrecha hasta convertirse en un estrecho sendero. El bosque cede terreno a la roca y los arbustos que decoran las ladera de la Sierra del Alto Rey. El cielo perezoso se deja ver entre las nubes que se quedan estancadas en la zona baja del valle.

Valle del Pelagallinas
Valle del Pelagallinas

Y en medio de este ambiente bucólico y solitario escuchamos un disparo lejano que hace retumbar todo el valle. Por el momento solo es una amenaza lejana. Continuamos nuestro camino, serpenteando por la ladera hasta llegar a la altura de la Cueva del Oso.

Cueva del Oso
Cueva del Oso

Nuevos disparos nos alertan de la proximidad de cazadores, parecen situarse en el pinar que se extiende al noroeste de la cueva, demasiado cerca del camino que teníamos pensado seguir.

Al acercarnos un poco vemos apostados dos cazadores justo enfrente de la Cueva del Oso y les preguntamos. Por supuesto nos indican que "no sería prudente" seguir por el camino que pretendíamos. Como no queremos renunciar a la ascensión, buscamos una alternativa. Vadeamos el río Pelagallinas y nos acercamos hasta la cueva, en vez de seguir por nuestra derecha, decidimos buscar un paso a nuestra izquierda.

No encontramos sendero, pero es relativamente fácil el avance por lo que nos decidimos a ascender por este lado. En algunos tramos se complica un poco debido a los densos arbustos de brezo, pero nada que no se pueda salvar.

Al encaramarnos en la cuerda, dejando a nuestra izquierda el arroyo Valdeojos, las rocas ganan terreno y nuestro avance es más sencillo. Toda la ascensión se ve aderezada por los amenazantes disparos, ladridos enloquecidos y algún gruñido doloroso de jabalí.

Vistas del valle del Pelagallinas
Vistas del valle del Pelagallinas

El ascenso se hace largo. Quinientos metros de desnivel a salvar desde el río Pelagallinas sin senda evidente. Los primeros hitos los encontramos al alcanzar la cota de los 1780 metros y unirnos a la senda que viene desde la Peña de los Gavilanes.

A partir de este punto una senda evidente y marcada con hitos nos impiden dudar de la orientación de nuestro destino. Habrá que salvar algunos farallones rocosos, sin ninguna complicación. Una mirada a nuestra espalda nos deja una preciosa imagen del mar de nubes sobre la vertiente sur.

Mar de nubes. Sierra del Alto Rey
Mar de nubes. Sierra del Alto Rey

Unos pocos metros más de ascensión y nos situamos sobre la cumbre del Alto Rey (1844 m). Desde aquí disfrutamos de unas impresionantes vistas del entorno. hacia el oeste se impone la maltratada figura de la cumbre sobre la que se sitúa la ermita del Alto rey, a 1858 metros de altitud. Sobreponiéndose al horizonte asoman las numerosas antenas que la afean.

Cumbre del Alto Rey (1844 m)
Cumbre del Alto Rey (1844 m)

Dudamos unos instantes, pero finalmente decidimos acercarnos hasta la ermita del Alto Rey para completar la travesía.

Las primeras menciones a esta ermita en tan caótico paraje se remontan a finales del siglo XII, aunque la construcción actual se data en el siglo XVIII. El origen de esta ermita del Alto Rey se ha relacionado con la orden del Temple, aunque no parece existir confirmación clara al respecto. Lo que parece no albergar dudas es que se trata de un lugar vinculado a lo sagrado desde épocas remotas. Históricamente se documenta la devoción despertada por esta ermita desde época de Felipe II.

Ermita del Alto Rey
Ermita del Alto Rey

El retorno lo realizamos siguiendo la misma cuerda y la misma senda hasta la altitud de los 1780 m. A partir de aquí nos desviamos de nuestro camino de ascenso para seguir la cuerda en dirección este.

En este camino, poco marcado, nos encontraremos con señales peculiares de unos viejos esquíes que, de cuando en cuando, nos salen al paso (por su aspecto deben llevar mucho tiempo allí). Son varios las cumbres que a las que podremos acercarnos si seguimos esta opción:la Peña de los Gavilanes (1761 m), la Peña de los Rollos (1737) y la Peña del Mediodía (1538 m). Algunos hitos difusos nos guían en nuestro descenso.

Descenso del Alto Rey
Descenso del Alto Rey

Tras alcanzar la Peña del Mediodía, nos unimos con una pista que, sin duda, vivió tiempo mejores. Es una pista ancha, pero muy abandonada y, para nuestra sorpresa, con marcas de flechas amarillas (tenemos pendiente buscar algo de información al respecto porque no estamos seguros de que se trate de algún Camino de Santiago).

La pista evita alguna pequeña protuberancia del terreno paras llevarnos hasta un cruce de caminos (1378 m) indicado por una pala de esquí sobre un poste de luz, justo a los pies del Mojón Gordo.

Desde este punto una senda empinada desciende directamente hacia el pueblo de Prádena de Atienza sin posibilidad de perdida. Antes de llegar a las calles del pueblo, atravesamos un pequeño arroyo de los numerosos que alimentan al río Pelagallinas. Los últimos metros los realizamos por los antiguos caminos de acceso a las huertas.

Acceso a Prádena de Atienza
Acceso a Prádena de Atienza

En el silencio de Prádena de Atienza, damos por concluida esta bonita y solitaria ruta (si no fuese por los inoportunos cazadores).

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RECORRIDO:


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INFORMACIÓN PRÁCTICA:

 

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