Datos de la ruta:
- Desnivel: 1200 m (aprox.)
- Distancia: 128 km
- Actividad: bicicleta de montaña
- Dificultad: ruta fácil técnicamente pero muy larga. Casi todo el recorrido transcurre por buenas pistas. La parte más complicada en el entorno de Almadrones al seguir las indicaciones del Camino del Cid.
Descripción
Llegamos a la estación de Medinaceli en tren. La mañana es fría y entramos en calor con un buen café. Las primeras pedaladas nos llevan a la primera subida de la jornada, primero por carretera para, a los poco metros, desviarnos hacia una antigua calzada de acceso a la ciudad de Medinaceli.El origen de Medinaceli se ha asociado a la ciudad de Occillis (de los belos). Posteriormente fue romanizada y, como muestra de su pasado romano, ha sobrevivido el magnífico arco del triunfo a la entrada de Medinaceli, único arco de estas características (arco conmemorativo de triple arcada) conservado de lo que fue Hispania.
Arco romano de Medinaceli |
Este magnífico ejemplo de construcción monumental romana se ha datado en el siglo II d. C durante el reinado del emperador Adriano (117-138 d. C).
Dejamos atrás la localidad de Medinaceli bordeando sus murallas. Para evitar la carretera seguimos las indicaciones del Camino del Cid que desciende hacia el noroeste paralelo a la carretera. Para superar las elevaciones que nos rodean tendremos que atravesar por un pequeño collado, el Pozo Pinilla.
Nuestro primer gran objetivo de la jornada es salvar estas elevaciones que rodean a Medinaceli. Tomamos el Camino del Molar que nos permite avanzar a media ladera. Pero pronto nos desviamos y tenemos que apretar para superar un segundo collado que nos permite el paso hacia Fuencaliente de Medinaceli.
Lavadero de Fuencaliente de Medinaceli |
Abandonamos los verdes valles para enfrentarnos a las pendientes de Sierra Ministra. Arañamos metros por pistas pedregosas y rodeados del olor intenso de las retamas en flor. Su intenso color amarillo decora nuestro ascenso.
Recorremos la parte más elevada, en torno a los 1230 m, rodados de encinas. Los gigantescos molinos con el ruido de sus aspas nos acompañan hasta alcanzar el punto de descenso hacia Bujarrabal.
Tras estos primeros esfuerzos, disfrutamos de cuatro kilómetros de asfalto en ligera bajada por una carretera secundaria para llegar a Estriégana. En esta localidad se sitúa el nacimiento del río Dulce, varios manaderos situados a nuestra derecha parecen indicar este hecho (aunque, como suele ocurrir con estos temas no está exento de polémica).
A partir de este punto el río Dulce será el guía de nuestra ruta durante varios kilómetros. Seguimos las aguas del río Dulce en el amplio valle hasta Jodra del Pinar. Tras esta localidad nos colamos en una zona de paredes escarpadas, labradas por la paciente labor de este río.
Río Dulce |
Sin embargo, nuestras pedaladas se desvían a los pocos metros del caudaloso cauce, para buscar la pista que asciende siguiendo el arroyo de la Cabecera del Pozuelo. Alcanzamos las zonas más elevadas, lejos de las aguas y el resguardo de las rocas. Zonas más áridas, más pedregosas, para descender de nuevo hacia el pueblo de Pelegrina.
A partir de este punto, serán de nuevo las aguas del río Dulce las que marquen nuestro avance. La frescura de las profundidades del barranco alimentan las sombras de los frondosos bosques de rivera. Sobre nuestras cabezas, las aves rapaces otean en busca de alimento, en las rocas manchas blancas indican la ubicación de los nidos.
Río Dulce |
Poco antes de llegar a la población de La Cabrera nos juntamos con las indicaciones blanquirrojas del GR-10. Las seguiremos en nuestro discurrir por el camino de los Heros. La primavera viste de verdes intensos los márgenes del río, las retamas ciegan con el color amarillo de sus flores. El olor intenso de las flores lo envuelve todo. Este tramo, quizá menos conocido, resulta ser uno de los más espectaculares.
Río Dulce entre La Cabrera y Aragosa |
Absortos entre tanta belleza, llegamos a Aragosa. Aquí cambiamos de margen e iniciamos una leve subida a través del bosque de rivera.
Después de muchos kilómetros disfrutones, llega el momento de una de las fuertes subidas: hay que alcanzar Mirabueno. Y no es fácil, por delante una fuerte subida por una pista pedregosa y, a tramos, de fuerte pendiente. Es una subida corta, pero dura.
En Mirabueno el paisaje cambia. Tomamos el camino de Almadrones, amplias pistas que se abren paso entre pinares. Los corzos andan confiados y nos encontramos con muchos de ellos, que salen huyendo ante nuestra presencia.
Nos aceramos a la A-2, se escuchan los coches aunque no los vemos. Y nos vemos sorprendidos por una naturaleza espectacular tan cercana al asfalto. Nos desviamos para tomar el barranco de la Artilla, una improvisación de última hora: queremos ver dónde nos lleva la pista que se adentra por el barranco que se abre entre las rocas. La pista no tarda en perderse, junto a la fuente de la Artilla. Vemos las indicaciones del Camino del Cid sin saber de dónde vienen y decidimos seguirlas.
Fuente de la Artilla |
No hay pista, apenas un sendero comido por la naturaleza desbordante se abre paso entre zarzas. Aún así decidimos seguirlo y probar suerte. La senda serpentea a media ladera entre retamas y rocas y nos ofrece las primeras vistas del valle del río Badiel, aunque aún de manera tímida.
Valle del río Badiel. Camino hacia Almadrones |
La llegada a Almadrones es dura. La senda nos obliga a desmontar de las bicis en varios puntos y una última rampa nos obliga a apretar para superar el desnivel.
En Almadrones tenemos varias opciones para enlazar con las pistas que discurren por el valle del Badiel. Nosotros elegimos la más complicada: descender por las indicaciones del Camino del Cid. La senda apenas se intuye y, en algunos puntos, es complicada. Pero la distancia a recorrer es corta.
Descenso al valle del Badiel desde Almadrones |
Nos unimos al discurrir del río Badiel. Ahora seguimos pistas anchas, muy rodadoras. Un tramo sin apenas desniveles que nos permite relajarnos, disfrutar, coger velocidad y mirar con detenimiento a nuestro alrededor.
Dejamos de lado Argecilla y Ledanca. Poco después de esta última población, la pista pierde consistencia. la hierba cubre el trazado, pero, sin duda, estamos en uno de los tramos más bonitos de este valle del Badiel.
Descenso al valle del Badiel desde Almadrones |
Rozamos muchos pueblos que han crecido a la sombra de las aguas de este río caudaloso: Utande, Muduex, Valdearenas. Valdearenas marca el punto a partir del cual el valle se abre, dejando atrás el Cerro Picarón, los horizontes se amplían.
Amplias zonas de cultivo ocupan los márgenes del río. Las pistas son anchas y muy buenas. Avanzamos con rapidez hasta llegar a Torre del Burgo, mientras en el horizonte se alza el cerro testigo a cuya falda se desparrama la población medieval de Hita.
Cerro Picarón. Valle del río Badiel |
Acompañamos en sus último metros de vida a las aguas del río Badiel, para desviarnos a pocos metros del punto en el que vierte sus aguas al río Henares.
Es aquí donde nos aguarda una de las últimas sorpresas del recorrido: un pequeño barranco formado por altas cárcavas de tierra oscura que han cedido un escueto espacio a las aguas del río Henares. Una pista a sus pies nos da acceso a los primeros pueblos de la Campiña: Yunquera de Henares y Fontanar.
En Fontanar enlazamos con el Canal del Henares que nos permite acceder de forma cómoda a los pueblos de la Campiña y a Guadalajara. Nosotros damos por concluido el recorrido en la localidad de Azuqueca de Henares tras un intenso día.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
RECORRIDO:
Powered by Wikiloc
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
INFORMACIÓN PRÁCTICA:
- Podéis localizar el track de la ruta en: https://es.wikiloc.com/rutas-mountain-bike/de-medinaceli-a-la-campina-de-guadalajara-25228173
No hay comentarios:
Publicar un comentario