martes, 2 de agosto de 2016

Integral al macizo de Mampodre (Maraña. León)

El pequeño pueblo de Maraña marca el punto de inicio para esta ruta que nos llevó a las principales cumbres del Macizo de Mampodre, con un recorrido de apróximadamente 14 kilómetros y un desnivel acumulado que ronda los 1500 metros.

Abandonamos el pueblo siguiendo las señales del GR-1, aunque no por mucho tiempo, ya que nos desviamos para seguir el curso del Arroyo de Valverde que nos sirvió de guía para remontar el estrecho valle que surca.


Remontando el Valle Valverde
 
Poco antes de llegar a la cabecera del arroyo, nos desviamos a nuestra izquierda para alcanzar el collado, a 1810 metros de altitud, que precede a la Peña de la Cruz. Desde este punto pudimos disfrutar de unas buenas vistas del camino que habíamos recorrido y de las montañas que se alzaban enfrente, con la inconfundible silueta de Peña Ten recortándose sobre el lienzo azul y, algo más lejos, el hermoso perfil de Picos de Europa
 
 Peña Ten y Picos de Europa
 
También fue un buen lugar para hacernos una idea de la subida que nos quedaba por delante que, aunque técnicamente no tiene ninguna dificultad, no deja de ser dura, pero el buen terreno ayuda.
 
Subida a Peña de la Cruz desde el collado
 
A medida que ganamos altura La Polinosa fue adquiriendo una impresionante presencia.
 
Subida a Peña de la Cruz. La Polinosa a la derecha

Llegamos a la cumbre de Peña de la Cruz o Pico Mampodre (2192 metros), que es la mayor altitud del macizo, después de una buena dosis de esfuerzo. Desde este coloso las vistas son impresionantes hacia todos los cuatro puntos cardinales. No hay rincón que no quede bajo su mirada. 

Peña de la Cruz o Pico Mampodre (2192 m)
 
El siguiente objetivo era alcanzar el Collado Cervunal (2027 metros) para poder atacar la cumbre de La Polinosa, que llevaba toda la mañana desafiándonos. En primer lugar recorrimos una afilada cresta bastante fácil, pero que impresiona con sus vertiginosas vistas. 
 

Cresta. Descenso Peña de la Cruz
 
En este primer descenso tuvimos algún pequeño destrepe que hay que encarar con decisión hasta alcanzar zona no tan accidentada, donde el sendero hacia el collado aparecía bien marcado. 
 
Final de cresta de descenso
 
En un intento de evitar las subidas y bajadas, en lugar de seguir el sendero más marcado (que nos llevaba a un collado unos metros por encima de nuestro objetivo) nos desviamos por una senda poco marcada (seguramente era de animales, más que senda era una estrecha hilera) que nos permitió caminar por la ladera herbosa hasta el Collado de Cervunal. A medida que nos acercábamos al collado La Polinosa mostraba su inmensidad de formas redondeadas. 
 
Aproximación a La Polinosa
 
Desde el collado el sendero hacia la cumbre estaba muy marcado y había numerosos hitos. La ascensión la realizamos por el lado izquierdo. Con una subida final por una empinada y pedregosa canal que maltrató nuestras piernas. 
 
Al alcanzar la cumbre de La Polinosa (2159 metros) todos los esfuezos y el cansancio quedaron en el olvido ante la espectacular panorámica. Desde su cumbre pudimos contemplar la recién ascendida Peña de la Cruz; en la lejanía el embalse del Porma (o de Vegamián, tomando el nombre de uno de los pueblos que quedo sumergido bajo sus aguas); y los ya admirados Picos de Europa (entre otros muchos).
 
La Polinosa (2159 m)
 
Peña de la Cruz desde La Polinosa
 
Embalse del Porma
 
Tras una larga parada para reponer fuerzas, afrontamos el descenso por la empinada canal de subida (en estos momentos agradecimos la decisión de llevar los bastones, especialmente para las rodillas). Una vez alcanzado de nuevo el Collado de Cervunal, seguimos los hitos que nos marcaban de forma clara la fácil y herbosa ascensión hacia la cumbre de Pico Valcerrao (2168 metros).
 
Pico Valcerrao (2168 m)
 
A partir de aquí empezó lo complicado. El descenso del Pico Valcerrao lo iniciamos siguiendo la pedregosa cuerda, ancha y sin problemas. 

Inicio del descenso desde el Pico Valcerrao
 
Nuestro siguiente objetivo era el Pico de Mediodía. Para llegar a ella tuvimos que descender mucho más de lo que inicialmente suponíamos por un terreno no siempre evidente y de fuerte pendiente, donde perdimos la senda en el descenso y,finalmente, afrontamos el descenso final por donde creímos más evidente.
 
 Peña el Mediodía. Inicio del fuerte descenso
 
Para alcanzar el collado, situado a unos 1997 metros, tuvimos un destrepe por una dudosa canal que nos dejó en la parte alta de una pedrera, aquí se distinguía un sendero bastante evidente. 
 
Pico Valcerrao (canales por las que descendimos)
 
Tras la pedrera parecía que la senda estaba bastante marcada. Inicialmente se dirigía hacía la parte alta de dos afiladas peñas que debíamos superar para iniciar la ascensión de la Pico de Mediodía, y allí dirigimos nuestros pasos. La senda nos llevó a una pequeña cresta afilada y poco evidente. En la parte alta dejamos de ver los hitos y el rastro de senda.
 
Cresta hacia Peña del Mediodía
 
Decidimos perder algo de altura para dirigirnos hacia una zona más evidente y menos expuesto. Esta maniobra nos obligó, posteriormente, a ganar altura por una canal donde no tuvimos más remedio que enfrentarnos a alguna corta trepada por terreno descompuesto y hacer uso de nuestras manos (aquí los bastones fueron un estorbo). Esto es lo que pasa cuando pierdes de vista los hitos. 
 
Después de una esfuerzada ascensión conseguimos llegar a la cumbre de la Pico de Mediodía (2179 metros) que, por ser la que más esfuerzo nos costó, fue la más saboreada. 
  
Últimos metros al Pico de Mediodía
 
Pico de Mediodía
 
De nuevo tocaba bajar hasta el collado (a unos 2015 metros), aunque en esta ocasión resultó mucho más fácil. Desde el collado, el Pico Valjarto se puede ascender con poco esfuerzo. Nosotros decidimos no ascenderlo e iniciar el descenso hacia el Circo de Mampodre por dos razones: la primera, por la hora; la segunda, porque mis rodillas se estaban quejando bastante por el trato recibido. Tras una última mirada a nuestro alrededor iniciamos un largo y fatigoso descenso. 

Inicio del descenso
 
El descenso lo realizamos por una canal con fuerte pendiente que puso a prueba nuestras articulaciones. A mitad de canal nos metimos en una pedrera que nos permitió avanzar con rapidez deslizándonos como si se tratara de nieve. Finalmente llegamos a una zona de avance más lento, pero menos empinado, hasta alcanzar la Laguna de Mampodre
 
Desenso al Circo de Mampodre
 
Una vez que alcazamos la laguna solo tuvimos que seguir una amplia pista que bordea por nuestra derecha una pequeña elevación y nos dejó en el pueblo. Antes, como último regalo para los sentido, no hay que olvidar mirar hacia atrás para disfrutar del Circo de Mampodre con la ilumnación mágica del atardecer. 
 
Circo de Mampodre
 
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INFORMACIÓN ADICIONAL:
  • No existen mapas excursionistas de este bonito macizo por lo que, por el momento, hay que conformarse con los mapas del IGN (no muy buenos): Puebla de Lillo 79-IV y Burón 80-III. Escala 1:25.000.
  • Lozano, Ramón; Morán, Santiago. Mampodre. 40 rutas de montaña. Ediciones Lancia. 
  • Grandes espacios. Número 95. 
  • Hay numerosos tracks en wikiloc, por lo que no hemos colgado el recorrido.  
 

1 comentario:

  1. Que sitios más bonitos, seguid haciendo esas excursiones tan chulas, que envidia me dais.

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