viernes, 22 de abril de 2016

Sierra y despoblado de Pardos (Nuévalos. Zaragoza)

Iniciamos esta preciosa ruta en el pueblo de Nuévalos, conocido por ser el punto de referencia para la visita al Monasterio de Piedra, situado a dos kilómetros escasos.
Río Piedra. Nuévalos
Río Piedra. Nuévalos

Si podéis no os quedéis en la carretera, subid a la parte alta del pueblo para disfrutar de las magníficas vistas del estrecho valle recorrido por el río Piedra antes de verter sus aguas en el Embalse de la Tranquera, y vigilado por la altiva Iglesia de San Julián, espectacular.

Iglesia de San Julián
Iglesia de San Julián

Por el angosto valle entra en la población el GR 24 "Senderos de Calatayud, Daroca y Gallocanta". A lo largo de la ruta recorreremos diferentes tramos de este sendero de gran recorrido por tierras mañas. 

Nuestros primeros compases nos llevan en sentido contrario, para tomar la carretera A-202, en un corto tramo. Durante la subida por la carretera dejamos el PR-Z-92 a nuestra derecha, ya que es un estrecho sendero no ciclable, pero seguiremos sus indicaciones cuando escapamos del asfalto. Aquí iniciamos una subida rodeados de tierra rojiza en contraste con el verde intenso que empieza a inundar los campos. No cabe duda, la primavera ya ha llegado.
 
Inicio PR-Z-92
Inicio PR-Z-92

Seguimos pistas algo pedregosas con tramos de marcada pendiente que pondrán a prueba nuestras piernas aún frías. El esfuerzo es más llevadero si va acompañado de bonitas vistas, y la naturaleza aquí nos las regala en generosas dosis. 

Vistas durante la subida
Vistas durante la subida

Después de estos repechos iniciaremos un vertiginoso descenso hacia el Barranco de las Salinas, escoltado por densos y frescos pinares. Pero no hay que dejarse llevar por la euforia, porque la bajada se acaba pronto, y la posterior subida será larga. Al igual que en el tramo anterior, no encontraremos con cortos tramos de fuerte desnivel, aunque, en general, la subida es más suave, pero más larga. Lo mejor es intentar disfrutar del maravilloso entorno que nos rodea.

Barranco de las Salinas
Barranco de las Salinas

Seguiremos entre el verdor de los pinos hasta alcanzar el Alto del Campillo, desde donde descenderemos ligeramente vigilados por amplios campos dedicados al cultivo, hasta unos edificios de uso ganadero. 

Alto del Campillo
Alto del Campillo

Desde este punto nos adentramos en un corto tramo del Barranco de Valdelaolla o del Campillo, atravesado por una pista ancha. A su salida iniciamos una subida suave, pero sin concesiones, por buenas pistas y por pinares, ahora más pobres. Ganamos altura de forma decidida, disfrutando de un paisaje solitario y que parece olvidado por el mundo, con amplias vistas a las cumbres redondeadas de esta sierra. 

Ascenso por pista
Ascenso por pista

Esta excelente pista nos permite recorrer de forma tranquila la solitaria Sierra de Pardos, pasando primero por le Puerto de Zaragocilla, para seguir ascendiendo hasta el punto más alto de nuestra ruta, el Puerto de Abanto (en torno a 1100 m).

Vista general de la pista de ascenso
Vista general de la pista de ascenso

Descanso cerca del Puerto de Abanto
Descanso cerca del Puerto de Abanto

Poco después del Puerto de Abanto, alcanzamos un punto de bifurcación de caminos donde encontramos carteles de señalización de diversas rutas, senderistas y para BTT, así como un indicador del Camino del Cid

A partir de este punto se produce un profundo cambio en la vegetación que nos rodea. Los pinos aparecen ahora acompañados de una densa población de encinas y jaras, que, a medida que avanzamos, van ganado terreno a los pinares, mientras bordeamos la Peña de San Bartolomé

Jaras y encinas
Jaras y encinas

La ligera y cómoda subida nos permite superar el Collado de la Virgen, donde se produce de nuevo y sensible cambio en el paisaje, dejando atrás la vegetación y pasando a recorrer unas tierras áridas, con apenas una tímida presencia de manto vegetal. Este ambiente nos acompañará hasta alcanzar la Ermita de San Antón.  

Ermita de San Antón
Ermita de San Antón

Desde la ermita seguimos las indicaciones del Camino del Cid para descender siguiendo el pobre curso de un arroyo hasta el despoblado de Pardos, un pueblo abandonado situado en un rincón espectacular y sorprendente. 

Descenso al despoblado de Pardos
Descenso al despoblado de Pardos

La visión de los pueblos abandonados, numerosos a lo largo y ancho de nuestra geografía, siempre me provoca cierta fascinación, al tiempo que me generan una melancolía intensa al pensar en todas las personas que vivieron y murieron en estas casas ahora silenciosas y condenadas a una agonía lenta, pero imparable. 

Entrada en Pardos
Entrada en Pardos

Pardos fue un pueblo de no desdeñables dimensiones, a juzgar por los restos que aún resisten orgullosos en pie. Sus derruidas casas se organizan a lo largo de una calle central, ahora invadida por las hierbas y recorrida únicamente por el silencio.

Calle principal de Pardos
Calle principal de Pardos

Calle principal de Pardos
Calle principal de Pardos

Su iglesia, consagrada a Nuestra Señora de la Asunción, se resiste a la ruina, a los pies de los restos de una antigua torre defensiva que aún se intuye en lo alto del pueblo, de origen musulmán. 

Vista general de Pardos
Vista general de Pardos

Emplazamiento de Pardos
Emplazamiento de Pardos

Dejamos la población de Pardos envuelta en su ensoñación, siguiendo el camino que daba acceso al pueblo desde el amplio valle surcado por el río de la Veguilla. Este camino mejor hacerlo de bajada porque está muy roto y es complicado de subida sin bajarse de la bici. 

Salida de Pardos
Salida de Pardos

Atravesamos el valle rodeados por los colores intensos de la primavera, para iniciar una dura subida por una senda en mal estado (hay posibilidad de seguir por pista más ancha siguiendo el valle), que me obligó a hacer algunos cientos de metros andando. Esta senda nos lleva hasta el pueblo de Abanto, al cual entramos por su parte alta. 

Camino a Abanto
Camino a Abanto

Tras un breve descanso en la plaza del pueblo, seguimos nuestra ruta en dirección al pueblo de Cimballa. Para ello salimos del pueblo por una pista que, para nuestra sorpresa, estaba asfaltada. Como el asfalto no nos gusta mucho decidimos desviarnos de la ruta inicialmente trazada para tomar una pista ancha que seguía el Barranco de Carramonterde, siguiendo un trazado sinuoso y rodeados de espléndidas paredes de roca caliza. 

 Barranco de Carramonterde
 Barranco de Carramonterde

 Barranco de Carramonterde
 Barranco de Carramonterde

Pero este pequeño escape no evitará que tengamos una pequeña subida para llegar al pueblo de Cimballa, al que llegamos, como no podía ser de otra manera, por su parte alta. Desde este pueblo la ruta se suaviza bastante, puesto que ya no abandonaremos el valle surcado por el río Piedra, manteniéndonos próximos a su cauce.
 
  Valle del río Piedra. Cerca de Cimballa
  Valle del río Piedra. Cerca de Cimballa

Desde Cimballa prácticamente seguiremos el camino marcado como GR-24 que sigue el valle, cambiando de margen en algunos puntos. En líneas generales transcurre por buenas pistas, aunque de forma puntual nos encontramos con alguna senda algo más tortuosa, en la mayoría de los casos por no seguir fielmente el GR. 

 Siguiendo el GR-24
 Siguiendo el GR-24

 Siguiendo el GR-24
 Siguiendo el GR-24

El sendero nos lleva hasta el último pueblo antes de finalizar, el pueblo de Llumes, al que llegamos siguiendo una estrecha senda al borde de un pequeño canal que nos dejó alguna imagen preciosa, pero mejor prestar atención a dónde ponemos nuestras ruedas.
 
 Entrada en Llumes
 Entrada en Llumes

Tras salir de Llumes no seguimos las indicaciones de GR, sino que seguimos por buena pista hacia las Casas del Barón, no tuvimos ningún problema, pero es cierto que en las mencionadas casas se indica que es propiedad privada. 

Poco después nos cruzamos con otra pista, retomando las indicaciones de GR que habíamos abandonado. Durante el tramo final no abandonamos el curso del río, siguiendo una pista ancha y muy cómoda hasta alcanzar la carretera A-202. 

Pocos kilómetros antes de tomar la carretera
Pocos kilómetros antes de tomar la carretera

Al alcanzar la carretera será el momento de abandonar el GR 24, que entra en Nuévalos siguiendo el curso del río Piedra. En nuestro caso optamos por seguir la sinuosa carretera A-202 durante unos 5 kilómetros. Inicialmente es una carretera estrecha y poco transitada, pero esto cambia al alcanzar la entrada del Monasterio de Piedra, tras recorrer unos 3 kilómetros, donde se ensancha y el tráfico es mayor. 

Tras 55 km y unos 1000 metros de desnivel, realizamos la entrada a Nuévalos por una estrecha senda para evitar el tramo final de carretera, pero quizá merezca la pena terminar la bajada por asfalto. 

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RECORRIDO:


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