Se trata de un itinerario exigente, con fuertes desniveles y terreno muy abrupto, muy especialmente los primeros días, especialmente para la bici. En algún punto tuvimos que buscar alternativa ante la imposibilidad de recorrer el camino señalizado original. A todo ello se unió que hicimos este viaje en época de fuertes lluvias, y en algún momento esto nos puso en dificultades para atravesar lo que, en otras circunstancias, son arroyos. Pero pese a todo ello, fue una experiencia única por terreno poco conocido y transitado, lo que le dio una dosis de aventura muy interesante. Como recomendación id preparados con recambios de frenos, sufriran, y mucho, en las fuertes bajadas.
El sendero, en líneas generales, está bien marcado, aunque hay algún punto en el que han quitado alguna señal (probablemente algún propietario molesto con el hecho de que pase por "su territorio" la ruta) y especialmente llegando a Santa Elena se hace algo más confuso, con lo que llevar el track no está de más. Solamente tuvimos problemas en un punto en el que se atraviesa una finca de reses bravas y la gente de medioambiente nos dijo que a dónde íbamos por ahí...nosotros pasamos, pero parece que tienen problemas con los propietarios (no sé si los habran ya solucionado), y claro como son reses bravas da como respeto, porque pasa al lado. Por lo demás, el camino es fácil de seguir, en cuanto a señalización, con paneles informativos del trayecto en prácticamente todos los pueblos.
Día 1: Barrancos-Hinojales (58 km-1550 m)
Nuestro viaje se inicia en la población portuguesa de Barrancos, muy próxima a la frontera con España. Para llegar a este punto hicimos una combinación de autobus-tren-taxi, ya que hasta Barrancos la única posibilidad para llegar es en vehículo.
Así iniciamos el recorrido, en un día bastante oscuro, por un terreno que desde el primer momento dejó claro que no nos lo iba a poner nada fácil.
Inicio de ruta
Inicialmente recorremos el norte del Parque Natural de la Sierra de Aroche y Aracena, en el norte de Huelva, y nuestro camino discurre por sendas más propias de senderismo que de los pedales, y esto sería una constante durante el trayecto de la provincia de Huelva, lo que nos obligó a empujar en alguna ocasión nuestra bicis. Hay posibilidad por carretera, pero acorta mucho el camino, y pierde toda la gracia.
Las primeras dificultades vendría al atravesarl el río Múrtigas (no tengo fotos, pero prácticamente nos metimos hasta la cintura). A partir de la ermita de la Virgen de las Flores los caminos mejoran considerablemente, al menos de forma temporal.
Pistas
Volveríamos a tener dificultades tras atravesar Encinasola en el vadeo del Arroyo del Caño, que debido a las lluvias iba muy crecido, y nos obligó a darnos un pequeño baño.
Arroyo del Caño
Atravesando el Arroyo del Caño
Tras vadear el río tendrmos que ascender y tendremos buenas perspectivas de la sierra circundante, un descanso nunca viene mal.
Peña de San Sixto
Los próximos kilómteros nos llevaran por caminos con continuas subidas y bajadas, bastante duro para las piernas, y por supuesto algún otro vadeo, pero no tan "crítico". Los caminos siguen antiguos trazados que aprovechan los numerosos barrancos de la zona, muchos de ellos en no muy buen estado.
Pero hay que reconocer que los paisajes eran fantásticos, preciosos, con el agua y el cielo oscuro, la verdad es que estaba increíblemente bonito.
Pero hay que reconocer que los paisajes eran fantásticos, preciosos, con el agua y el cielo oscuro, la verdad es que estaba increíblemente bonito.
Descenso hacia uno de los arroyos
También tendremos algún tramo de carretera, pero lo normal serán pistas con bastante piedra suelta, lo que resulta duro en las subidas, más con la salforjas, y lento en las bajadas, porque hay que extremar las precauciones.
A Hinojales, donde terminaba nuestra primera etapa, llegamos prácticamente de noche, después de un día duro y que nos hizo dudar de nuestra capacidad para realizar este GR en el tiempo que habíamos estimado.
Día 2: Hinojales-Almadén de la Plata (74.5 km-1300 m)
Iniciamos nuestra segunda etapa en un día más oscuro que el anterior y que nos saludó con una copiosa y persistente lluvia, saliendo del pueblo por el Camino de la ermita, para desviarnos al poco tiempo para encontrarnos con las primeras rampas, que dado el nivel de humedad del firme nos obligó a empujar, de nuevo, la bicis.
Iniciamos nuestra segunda etapa en un día más oscuro que el anterior y que nos saludó con una copiosa y persistente lluvia, saliendo del pueblo por el Camino de la ermita, para desviarnos al poco tiempo para encontrarnos con las primeras rampas, que dado el nivel de humedad del firme nos obligó a empujar, de nuevo, la bicis.
Para mantener la tndencia del día anterior también tuvimos algún vadeo de arroyos, no tan complicados como los del día anterior, pero el día no estaba para baños.
Gran parte del trazado sigue caminos empedrados delimitados por muros de piedra, pero al estar un poco "roto" en las subidas se hace bastante difícil, más teniendo en cuenta que el agarre no era mucho, así que sudamos lo nuestro.
Tras Cañaveral tendremos algunos kilómetros por carretera que, en estas circunstancias, se agradecimos. En este tramo nos encontramos por primera vez algunas señales del Camino de santiago Mozárabe.
Los paisajes nos siguieron soprendiendo, parecían más propios de Asturias que de Huelva, sinceramente no nos esperábamos una visión tan verde y con arroyos llenos de agua, supongo que en otras épocas esta visión cambiará, pero el esfuerzo mereció la pena si la recompensa fue ver estas estampas.
El tramos entre Arroyomolinos y Cala quizá ha sido el menos fiel al trazado original, ya que el GR sigue un trazado imposible para las bicis (aunque tenía un aspecto estupendo para hacerlo a pie), por lo que decidimos seguir la carretera A-434, lo que acorta en algún kilómetro el tramo.
A partir de Cala retomamos el trazado del GR fielmente hasta Santa Olalla del Cala, siguiendo el itinerario del ferrocarril ya desmantelado, pero antes de llegar pasamos por las Minas de Teuler, reminiscencia de la actividad de minera de la zona, que ha dejado grabado en el terreno un paisaje espectacular.
Minas de Teuler
Camino de Real de la Jara nuestro camino discurre por senderos poco marcados, hasta alcanzar la ribera del Río Cala, el GR lo atraviesa, pero iba muy crecido así que buscamos un puente que había aguas arriba.
Ribera del río Cala
A partir de la localidad de Real de la Jara abandonamos la provincia de Huelva, para adentrarnos en tierras sevillanas, y nos unimos con el trazado de la Via de la Plata (ruta que habníamos realizado el año antes, espero que sea objeto de uan entrada en breve), con las características flechas amarillas, pero en sentido inverso, con alguna subida bastante dura. Y así, llegamos a Almadén de la Plata, donde aprovechamos el albergue del Camino de Santiago para alojarnos, ya que no estaba muy concurrido.
Día 3: Almadén de la Plata-Cazalla de la Sierra (45.5 km-800 m)
El día no acompañó, pero la lluvia sí, que no nos dejó ni un solo minuto a lo largo de la jornada, razón por la cual acortamos este tramo respecto de lo previsto y por la que no hay tantas fotos. Este tramo discurre en su totalidad por la Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla, y no encontraremos ningún pueblo intermedio.
Inicio de ruta
Inicialmente seguiremos el curso del Arroyo de la Calzadilla, siguiendo el Cordel del Pedroso, en general por pistas en buen estado. Para no perder la costumbre, tendremos que vadear algún arroyo algo crecido, pero al menos aquí estaba acondicionado con hormigón y nos permitió pasar sin mojarnos los pies...o casi.
El camino es casi todo descenso hasta alcanzar el río Viar y el embalse del Pintado, en un ambiente myu solitario, que la lluvia no nos permitió disfrutar en su justa medida.
Embalse del Pintado
Tras el embalse nos espera una buena subida por pista entre pinares, la subida es dura, pero al menos tuvimos buenas vistas.
Ascenso y embalse al fondo
En Cazalla, dado el remojón que llevábamos encima, decidimos pararnos ants de sufrir una hipotermia.
Día 4: Cazalla de la Sierra-Almodovar del Río (87.5 km-1200 m)
Por fin iniciamos el día sin lluvia y con un tímido sol que nos alegró la mañana. Tras salir de Cazalla nos alegramos de haber parado en Cazalla el día anterior, cuando vimos el terreno por el que proseguía el GR, primero porque un sendero que con lluvia no se presentaba muy fiable para bajar, y lo segundo porque no hubiésemos podido disfrutar de las vistas, y merecieron la pena.
La bajada nos lleva hacia uno de esos rincones que se quedan grabados, la ribera del río Huesna.
La bajada nos lleva hacia uno de esos rincones que se quedan grabados, la ribera del río Huesna.
Seguiremos un tramo de la Vía Verde de la Sierra Norte de Sevilla, un trazado de ferrocarril ya abandonado y que se ha habilitado para poderlo recorrer andando o en bici (no es objeto de esta ruta, pero por esta Vía se puede llagr a las minas de Cerro del Hierro, Monumento Natural).
Por carretera y plácidamente llegaremos a la población de Constantina, un pueblo de paredes blancas con numerosos bares de buenas tapas (que no todo puede ser dar pedales). Hasta Puebla de los Infantes tomaremos un tramo por carretera para luego abandonarla y tomar buenas pistas, con un sol espléndido que hacía que los colors se vieran más brillantes.
A medida que avanzamos podemos percibir que el trazado va mejorando para las bicis, y cada vez hay menos tramos de sendero, lo cual quizá para andar no sea tan bueno. Volveremos a retomar el asfalto para acercarnos al embalse del Retortillo, entrando en el Parque Natural de Sierra de Hornachuelos.
Solo abandonamos el asfalta para acercarnos a la población que da nombre a la sierra, y que es la primera población de la provincia de Córdoba. A pocos kilómetros, en su mayoría por buenas pistas, llegamos a Posadas, y en tan solo 8 más llegaremos al final de la etapa, aunque antes nos encontraremos con algún tramo por sendero, pero no presenta gran dificultad.
Si llegamos con tiempo merece la pena acercarse a ver el Castillo de Almódovar del Río, un castillo restaurado y que tiene una estampa impresionante.
Día 5: Almodóvar del Río-Villaharta (69 km-1445 m)
Jornada de clara tendencia a subir, así que hay que tomárselo con calma. Por fin vimos el sol, e inlcuso pasamos calor, toda una novedad.
En general circularemos por buenas pistas y, como comenté anteriormente, las pistas van mejorando a medida que nuestra ruta avanza hacia el este, y por zonas de amplias dehesas, dedicadas en su mayoría a la cría de ganado.
Nuetsra orientación nos lleva por amplias dehesas hacia Santa María de Trassierra, muy próxima a Córdoba, ciudad que evitaremos con una amplio rodeo.
Atravesaremos algunas fincas, entre ellas la que delimita el Cortijo de la Porrada, sin nigún tipo de problema, por pistas muy buenas para la bici, después de los días pasados, fue una alegría.
Camino de Cerro Muriano pasaremos por amplias dehesas de alcornoques, por una zona muy solitaria, y algunas urbanizaciones, alternando buenas pistas, con algunas pequeñas carreteras poco transitadas y cómodas para la bicicleta.
Como veis recorrer este GR en primvera tuvo sus inconvenientes, como las lluvias de los primeros días, pero también nos permitió disfrutar de estas dehesas verdes y unos increíbles cielos azules, que en los últimos días nos permitió disfrutar.
En Cerro Muriano se encuentra el Centro de Desarrollo Rural y que es el foco de la iniciativa de este camino, hicimos una parada, ya que habíamos hablado con las personas de contacto, pero nos lo encontramos cerrado.
En el tramo que une Cerro Muriano con Villaharta nuestro viaje conincide con una tramo del Camino de Santiago Mozárabe, por lo que parte del trayecto lo realizamo siguiendo las conocidas flechas amarillas. En este trayecto camabiamos los alcornoques por las dehesas de encinas.
Pero también encontraremos vestigios de un importante patrimonio, como es el caso del Castillo de El Vacar, de origen árabe, en la población del mismo nombre.
Castillo de El Vacar
Desde este punto solo nos queda seguir unos kilómetros por carretera para llegar al pequeño pueblo de Villaharta.
Día 6: Villaharta-Montoro (75.5 km-1470 m)
Por caminos cómodos llegamos hasta el cauce del río Guadalbarbo, que podremos vadear fácilmente, y también atracvesaremos alguno arroyos con poco caudal.
Esta parte del recorrido es bastante dura ya que tiene fuertes subidas, seguidas de rápidas bajadas, por lo que al final del mismo habremos aumulado un importante desnivel, a pesar de no tener grandes alturas.
Estas pistas sonlas vías de comunicación de los cortijos que abundan en la zona y que explotan la riqueza agropecuaria de la zona, por lo que veremos amplios olivares, estamos en tierra de aceite, y abundante ganado.
Las pistas serán sustituidas por una carretera en desuso que nos lleva hacia la presa del Embalse de Guadamellato, inicialmente en bajada, para luego iniciar una ascensión sostenida y cómoda por asfalto, pero larga. Al llegar el embalse nos encontramos con que habñia obras y estaba prohibido el paso y el jefe de obra no nos dejaba pasar, al final, por mediación del contacto que teníamos en el Centro de Desarrollo Rural, nos permitieron el paso, de esto hace algunos años, lo mejor consultar la página del GR 48 para ver puntos conflictivos actuales. En este tramos también es importante tener en cuenta que tendremos unos 40 kilómetros sin pasar por ninguna población, por lo que hay que llevarse el avituallamiento.
Embalse de Guadamellato
Proseguirmos por la Vereda de Obejo, la misma que hemos seguido hasta el embalse, hasta alcanzar la población de Ademuz.
A partir de esta población entraremos en una zona muchos más baja, ya que nos acercamos a la cuenca del Guadalquivir, y más llana y poblada, lo que hace que los paisajes no sean tan espectaculares, pero más llevadera para las piernas, aunque todavía nos depara bonitos y agradables rincones antes de llegar a la elegante población de Montoro.
El primer tramo que nos lleva a Marmolejo lo improvosamos un poco, primero porque la salida de Montoro el GR sigue el trazado de calzada empedrada, pero para la bici es un infierno, así que decidimos seguir la carretera, que tenía muy poco tráfico, hasta la Ermita de la Fuensanta.
Ermita
Tras enlazar de nuevo por carretera, por zona de olivos, el GR inicia un vertiginoso descenso hacia el Valle del Guadalquivir, se inicia con unos escalones, por lo que desistimos de seguir por el camino marcado, y optamos por la carretera para retomar el GR en su trazado original una vez pasado el embalse de Yeguas. Así que nuestra llegada al Balneario Marmolejo fue relativamente cómoda, así dejamos fuerzas, en este punto abandonamos Córdoba para adentrarnos en tierras de Jaén.
Desde la población de Marmolejo iniciamos el ascenso hacia el Santuario de la Virgen de la Cabeza, adentrándonos en el Parque Natural de las Sierras de Andújar. Iniciamos el ascenso por buenas y anchas pistas, en un entorno primaveral.
Iniciamos el ascenso hacia la Virgen de la Cabeza
Así que los primeros kilómetros son relativamente cómodos, pero no hay que dejarse llevar por la emoción, porque las pistas irán empeorando y los desniveles serán más acentuados.
Las pistas se irán estrechando y pasan a convertirse en sendas muy duras, y, en alguna ocasión poco ciclables, lo que nos obligará a empujar e incluso echarle algo de músculo y coger la bici para poder pasar. Aquí tenemos un tramo que hay que tomárselo con calma y contiempo porque el desnivel se acumula en estos kilómetros.
Echando algo de paciencia llegamos al Santuario de la Virgen de la Cabeza, un sitio algo curioso, ya que parece un pueblo en miniatura, pero totalmente abandonado, supongo que en época de romería se llena, porque las casas, casi todas hermandades, están cuidadas y en buen estado. Esperábamos encontrar alojamiento aquí, pero no fue así, por lo que continuamos el camino, a pesar del cansancio.
Santuario de la Virgen de la Cabeza
Iniciamos el descenso, pero a los pocos metros nos encontramos con tramos no ciclables, que nos obligaron, de nuevo, a empujar las bicis, en un entorno realmente hermoso, y aún tuvimos que sufrir algún pequeño tramo en ascenso.
Como el tiempo, más bien la noche, se nos echaba encima y lo de la ciclabilidad no lo veíamos muy claro, decidimos realizar el descenso por carretera, abandonando momentáneamente el GR. El descenso nos lleva hasta el cauce del río Jándula, pero tras cruzarlo no queda más remedio que enfrentarse a una fuerte subida, antes de llegar a Viñas de Peñallanas, justo antes de llegar encontramos alojamiento, cuestión que no teníamos muy clara.
Día 8: Viñas de Peñallana-Santa Elena (74 km-1520 m)
Iniciamos este nuestro último día de viaje, como siempre con sentimientos encontrados, por un lado nuestras piernas están cansadas después de tantos días de desniveles importantes y esfuerzo, pero, por otro lado, vemos cómo nuestro viaje se acaba y dejaremos de disfrutar de estos maravillosos paisajes y ese pedalear tranquilo, el ruido del aire y de la lluvia (aunque este último es mejor oirlo en la distancia). De todas formas no hay que relajarse porque, auqnue es nuestro último día, no por ello es menos duro que las anteriores jornadas.
Iniciamos el día siguiendo carretera, para posteriormente iniciar descenso por buena pista hacia Baños de la Encina. A partir de aquí quizá podemos decir que son los tramos con peor señalización del trayecto, o más confusa.
Inicialmente iniciamos este tramos por buenas pistas, inlcuso algún tramo de asfalto, aunuque no muy bueno.
Durante estos primeros compases podremos disfrutar de unas vistas excelentes a un paisaje típicamente jiennense.
En nuestro camino hacia La Carolina las pistas pasan a tener más pendiente, y a convertirse en sendas estrechas, que nos obligan a minorar el ritmo, pero nos permitirá disfrutar más de un día lleno de luz.
Aquí tendremos que atravesar una finca de ganado bravo, al parecer en este punto ha habido algún problema con los propietarios, y a nosotros una pareja de guardas forestales nos preguntó donde íbamos por allí porque nos advirtieron del peligro del ganado bravo. Nosotros seguimos las indicaciones de GR, ya que en este punto no es fácil buscar alternativa, y la verdad es que imponen los toros (no me paré ni a hacer una foto). una vez pasado este punto ya pudimos volver a hacer paradas para el tema fotográfico.
Como punto de humor, en una de las cercas que tuvimos que atravesar, indicaban que había que cerrarla, pero desde luego el que lo escribió lo de la ortografía no lo llevaba muy bien.
El tramo hasta La Carolina es mucho más tranquilo, y tendremos algún tramo por carreteras cómodas que nos permiten llegar a nuestro destino, después de una maravillosa experiencia.
La última foto la he dejado para la de despedida antes de coger el autobús al día siguiente para volver a casa, felices por haber terminado y luciendo las camisetas que nos regalaron del GR48.
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INFORMACIÓN ADICIONAL:
- Se ha creado una página web de este GR donde hay infomración detallada de cada una de las etapas, así como de la Historia, de la fauna y de la flora de las diferentes zonas que se atraviesan: GR-48. Sendero de Sierra Morena
- Incluimos algo de información en Foromtb, sobre este viaje, y posteriormente hubo gente que lo hizo y fue dejando impresiones.
- En wikiloc podéis localizar los tracks, así como una breve descripción, de cada una de las etapas:
- Por último podéis encontrar un reportaje monotemático sobre este sendero en la revista Grandes espacios, nº162.
Magnífica crónica. Intentaré hacerlo a final de primavera desde Córdoba hasta Barrancos. Gracias por la información y enhorabuena.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMuchas gracias. Es un recorrido exigente, para tomárselo con calma y disfrutar. Los paisajes son espectaculares. Espero que lo disfrutes. ya nos contarás qué te ha parecido y cómo te ha ido. ¡Buenas pedaladas!
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