martes, 31 de octubre de 2017

Hundido de Armallones (Ocentejo. Guadalajara)

Datos de la ruta:

  • Desnivel: 500 m (aprox.)
  • Distancia:11 km (aprox.) 
  • Actividad: senderismo
  • Dificultad: ruta muy sencilla para un día tranquilo.

Descripción

Sin apenas darnos cuenta, el otoño ha hecho su aparición en la provincia de Guadalajara. Los árboles se tiñen de colores ocres y rojizos, mientras las temperaturas parecen no querer enterarse de que el verano ha finalizado. En esta época los bosques de ribera muestran sus mejores galas y forman un escenario de inusitada belleza.

El Parque Natural del Alto tajo esconde entre sus fauces algunos de los paisajes fluviales más impresionantes que se puedan admirar. Si a esto añadimos el colorido de estos meses, el resultado no puede ser más llamativo.

Otoño en el Parque Natural del Alto Tajo
Otoño en el Parque Natural del Alto Tajo

La ruta que os proponemos sigue una de las georutas diseñadas dentro de la red de senderos del Geoparque Comarca de Molina-Alto Tajo (concretamente la georuta 1). Durante su recorrido, además de disfrutar de la montaña, podremos aprender algo de la fascinante geología que nos muestra el pasado más remoto de esta comarca.

Nos situamos en la localidad de Ocentejo donde un cartel nos indica el punto de inicio. Los primeros metros transcurren en un relajante llaneo paralelos al arroyo que discurre por la vega del arroyo de Ocentejo cuyas aguas discurren por el barranco de la Hoz.

Inicio de la pista
Inicio de la pista

A los pocos minutos nos encontramos el primer cruce. Si queremos seguir la georuta cogeremos el ramal de la izquierda.

En nuestro caso seguimos por la pista que sigue paralela al arroyo para intentar llegar a un puente derruido que se encuentra en las proximidades del molino del Batán en el punto donde el arroyo Ocentejo une sus aguas a las del río Tajo. Al parecer este puente fue derruido por las tropas napoleónicas para cortar el paso entre las poblaciones de Ocentejo y Armallones. No es fácil localizar los restos y menos verlos entre la vegetación.

Puente derruido
Puente derruido

Tras la breve visita, podemos regresar sobre nuestros pasos hasta el punto en el que nos hemos desviado. En nuestro caso nos aventuramos paralelos al cauce del río Tajo siguiendo pequeñas sendas que avanzan a media ladera. No son caminos evidentes y, en algunos momentos, nos vemos rodeados de una densa vegetación. A cambio, la soledad más absoluta solo rota por las aguas del río que a tramos corre inquieta para pocos metros después descansar en tranquilas balsas.

Tras superar unas antiguas construcciones en un pequeño claro, ascendemos para conectar con la pista que sigue la georuta, a pocos metros del cartel correspondiente a la parada 3, poco después del Estrecho de la Tormellera.

Nos encontramos en el lugar conocido como hundido de Armallones, un espectacular derrumbe que pone de manifiesto la fuerza erosiva del agua que recorre este profundo cañón fluvial.

Hundido de Armallones
Hundido de Armallones

En el pueblo de Ocentejo se guardan los documentos que el pueblo envió a Felipe II el año 1578 manifestando los efectos del desprendimiento, por lo que se sitúa en los años previos. Según parece el derrumbe retuvo las aguas del río Tajo durante varios días.

Además de las rocas procedentes de la zona alta del cañón, se pueden observar otros accidentes geológicos interesantes como es el pliegue que cierra este rincón.

Hundido de Armallones. Pliegue
Hundido de Armallones. Pliegue

Llegamos a la última parada de la georuta: un pliegue en miniatura. Un excelente ejemplo al alcance de la mano para entender las poderosas fuerzas que modelan la superficie de la tierra.

Pliegue. Georuta 1
Pliegue. Georuta 1


Sin posibilidad de pérdida seguimos la pista. Tras una pequeña bajada, nos acercamos a las aguas del Tajo que discurren briosas entre el frondoso bosque que le rodea, donde pinos y los árboles de ribera conviven en armonía.

En este tramo nos encontramos con el tramo más duro con una subida por pista pedregosa para luego bajar hacia el cauce, al encuentro de las Salinas de la Inesperada, una de las muchas salinas dispersas por el territorio de Guadalajara.

Al llegar nos encontramos con un edificio en estado de ruina donde antiguamente se localizaban los almacenes y la vivienda. Actualmente solo es un montón de escombros.

Las instalaciones de las salinas se situaban en una pequeña planicie en el mismo margen del río. Las instalaciones apenas son visibles, el mejor lugar para observarlas es desde la pista, poco antes de llegar a las construcciones. Desde aquí podemos apreciar las artesas con pavimento de piedras.

Salinas de la Inesperada
Salinas de la Inesperada


Tras disfrutar de este día otoñal y veraniego, volvemos por donde hemos venido, esta vez sin abandonar la pista. Disfrutamos de un sol más bajo, el cambio de iluminación crea la sensación irreal de recorrer el camino por primera vez.

Aún nos queda una última parada que, debido a nuestro camino alternativo en la ida, nos hemos perdido: una preciosa toba (o cascada de piedra) con el correspondiente cartel explicativo.

Toba o cascada de piedra
Toba o cascada de piedra

Ahora sí que, a nuestro pesar, solo nos queda el regreso. Un recorrido tranquilo, sin complicaciones pero muy recomendable e instructivo.

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RECORRIDO:

Hay numerosos tracks de esta ruta en wikiloc por lo que no la hemos grabado. También esta disponible en la web del Geoparque (Georuta 1).

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INFORMACIÓN PRÁCTICA:


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