jueves, 14 de julio de 2016

Camino de St Olav desde Sundsvall (Suecia) a Trondheim (Noruega)

Caminos de St Olav hay casi tantos como Caminos de Santiago. El más concurrido es el que une la capital de Noruega, Oslo, con Trondheim, pero es un camino poco ciclable más apto para senderistas que para las dos ruedas. En nuestro caso optamos por el camino que une la ciudad de Sundsvall (Suecia) con Trondheim (Noruega) que, en principio, parecía más adecuada para nuestras cabalgaduras y nos daba la oportunidad de recorrer ambos países.

El Camino de St Olav es un camino de peregrinación que, según se indica en el Pilegrimspass, ha sido el camino de peregrinación por excelencia del norte de Europa durante siglos (como el Camino de Santiago es del este de Europa, Roma del sur y Jerusalén de oriente).

St Olav fue el rey vikingo Olav Haraldsson (rey de Noruega entre los años 1015 y 1028) quien introdujo el cristianismo en Noruega. Tras diversas vicisitudes, entre ellas su huida de Noruega tras la invasión llevada a cabo por Canuto II en el año 1028, murió en la batalla de Stiklestad en el año 1030 en el intento de recuperar el trono. Tras su muerte se le atribuyeron varios milagros (entre ellos devolver la visión a un ciego que se frotó los ojos con su sangre; o la incorruptibilidad de su cuerpo) lo que le llevó a ser venerado como santo y los peregrinos empezaron a llegar al lugar en el que estaba enterrado, una pequeña capilla que, con el tiempo, se convirtió en la magnífica catedral de Nídaros (Trondheim), actualmente luterana.

Día 1. Sundsvall-Lago Torpsjon/Fränsta (81 km-850 m)

Iniciamos nuestro camino en la localidad de Sundsvall, junto al Mar Báltico. Salimos tarde ya que antes nos tuvimos que aprovisionar de todo lo necesario (es una ciudad grande donde se puede encontrar todo lo necesario) y nos pasamos por la oficina de turismo, situada en el centro de la ciudad, donde adquirimos el Pilegrimspass para ir sellando a lo largo del recorrido.

Sundsvall. Mar Báltico

La salida de la ciudad la realizamos, de manera muy relajada, por los numerosos carrilles bici que nos llevaron hasta las afueras. Desde los primeros compases del recorrido nos vimos inmersos en la exuberancia de estas tierras donde el verde es el color predominante. 

Primeros kilómetros del recorrido

Pensábamos que el punto de inicio de las marcas del camino estaban varios kilómetros después de Sundsvall, pero nos llevamos la sorpresa de encontrar señales en la misma ciudad, las cuales se convirtieron en nuestras compañeras de viaje y ya no nos abandonarían en los próximos días.

Primeras indicaciones del camino

Esta primera jornada fue muy tranquila y nos hizo creer que el camino sería fácil, pues sus primeros kilómetros trascurrieron por buenas pistas y carreteras secundarias muy rodadoras para nuestras bicis.


Pistas

Gran parte del recorrido inicial transcurre paralelos a la E14, siempre evitándola, y al río Ljungan, que a lo largo de su cauce forma numerosos lagos como el Stödesjön y el Torpsjön, algo menor que el anterior. 

Lagos en el cauce del río Ljungan

Precisamente en el lago Torpsjön, pasado el pueblo de Fränsta, encontramos a un peregrino, el primero que vimos, que había encontrado acomodo para pasar la noche en un magnífico rincón y nos dijo que le habían informado en el pueblo de que había otros lugares buenos para acampar, así que seguimos unos pocos kilómetros hasta encontrar un precioso sitio en la orilla del lago. Suecia es un país magnífico para acampar, no faltan lugares para ello.

 Orilla del lago Torpsjön
 
Lugar de acampada

Día 2. Lago Torpsjon/Fränsta-Gällo (79 km-960 m)

La noche fue tranquila y luminosa, pues pudimos comprobar que la noche, en esta época del año, no existe, lo cual resulta curioso. La claridad es tal que es posible pedalear de madrugada sin ningún problema y sin necesidad de ninguna luz artificial. En España nos habían comentado que nos lleváramos algún antifaz para poder dormir, pero yo después de las horas que pasábamos pedaleando no tenía ningún problema para conciliar el sueño. 

Esta segunda jornada nos mostró la dureza del camino y nos hizo olvidarnos de nuestro idílico primer día. A la media hora de ponernos en marcha nos cruzamos con el peregrino del día anterior que, más madrugador que nosotros, llevaba un buen trecho adelantado.

Peregrino

En un primer momento seguimos paralelos al río Ljungan combinando pistas, algún tramo de asfalto y pequeños senderos, en los que había que tener especial cuidado con las numerosas raíces que, húmedas y con la carga que llevábamomos, resbalaban bastante. 

 Sendero

Este segundo día también nos fuimos enterando de dónde podíamos sellar (el día anterior únicamente sellamos a la salida en Sundsvall). En las iglesias de los pequeños pueblos por los que pasamos y en alguns otros puntos del camino (a veces en fuentes o zonas de descanso) había una especie de buzones y en su interior se encontraba el sello. 


Puntos de sellado
 
Otro tema son las infraestrutras a lo largo del camino. Son prácticamente inexistentes (en esta etapa vimos el único refugio hecho para el camino, en Harrsjön) lo que implica la necesidad de hacer muchos kilómetros entre alojamientos (si se quiere dormir en cama) o entre supermercados para el avituallamiento de víveres. Muchos de los pueblos por los que se pasa son muy pequeños, la mayoría de las veces no pasan de ser un minúsculo grupo de casas, por lo que muchas veces no hay tiendas ni nada que se le parezca. Aspectos a tener en cuenta a la hora de organizar las etapas y la logística. 

En esta ocasión nos encontramos con muchos senderos parcialmente ciclables, en esta valoración juegan un papel importante las piernas de cada uno, y en alguno nos tocó empujar las bicis al tiempo que un ejército de sedientos mosquitos nos torturaban, algo habitual a lo largo del camino por lo que imprescindible el repelente, aunque algunos de esos inmensos mosquitos parecían totalmente inmunes a todo repelente conocido. En algún momento consiguiero agobiarme hasta perder los nervios. 

Zona de mosquitos caníbales

A pesar de todo es innegable la belleza de los caminos, la borrachera de naturaleza era constante y, estos primero días, era asombrosa para nuestras retinas, lo que hacía más llevadero los mosquitos, las sendas no ciclables y las pistas casi desaparecidas debajo del manto verde. 

Nos encontramos con tres peregrinos más en esta jornada, pero no es una rutamuy concurrida. Tras bordear el lago Borgsjönnos, nos separamos del río Ljungan para seguir la orientación de la E14 y llegar a una zona de inmensos lagos donde la tierra parece ser una anécdota y durante largos kilómetros bordeamos el lago Revsundssjön.


Esta noche decidimos dormir en un precioso camping, el Camp Viking, situado poco antes de llegar a la localidad de Gällo y donde nos hicieron un descuento por ser peregrinos. también nos convenció la posibilidad de una cervezabien fría en un ambiente relajado y agradable. 

 Lago Revsundssjön

Día 3. Gällo-Lago Storsjön (72.5 km-750 m)

La jornada la iniciamos con un hermoso sol que nos lleva hasta la iglesia de Revsund, donde nos pareció ver alojamiento para peregrinos. En este punto cometimos un error grande al ignorar las advertencias de la página web donde indicaban que el tramo que teníamos a continuación no era ciclable. En lugar de buscar una alternativa decidimos seguir las indicaciones del caminoen nuestro empeño de ser lo más fieles posibles al camino original. 

En un principio parecía ser fácil y ciclabe, cuando llevábamos unos cuantos kilómetros nos encontramos con una estrecha senda no ciclable (aunque al principio lo parezca), pero ya era tarde para darse la vuelta. Nos tocó empujar (incluso llevar a cuestas en algún tramo) las bicis. Fueron unos cuatro kilómetros de recorrido que nos llevó bastante tiempo y nos maltrató físicamente. Aunque no cabe duda de que el sendero era una preciosidad, con unas magníficas vistas.

Sendero no ciclable

Tras alguna hora de sufrimiento, conseguimos salir de nuevo a pistas. En un principio no muy buenas y poco marcadas, pero en pocos kilómetros llegamos a pistas con buen trazado que discurrían entre pequeñas casas, todo un ragalo para nuestros cuerpos tras la experiencia senderista. 

Pista de buen trazado

Hay casas dispersas por todas partes, especialmente en el margen de los lagos, donde se acumulan pequeñas viviendas de madera (las más modernas ya utilizan otros materiales de construcción) con un denominador común: su inconfundible color rojo. Muchas de ellas se conservan como algo histórico y hay carteles infomrativo, una pena que muchos de ellos vengan en sueco. 

  
Así, de manera relajada, llegamos a la localidad de Brunflo donde se encuentra una torre defensiva que data del siglo XII y que formaba parte de una iglesia medieval previa. Una contrucción bastante impresionante y, por lo que leímos, no muy corriente en el norte de Suecia. 

Torre e iglesia de Brunflo

 A la salida de Brunflo encontramos la inidicación de un manantial (Sankt Olofs Källa) de donde cogimos agua. Hay un refugio y en un buen rincón para plantar la tienda. Nosotros preferimos seguir porque era bastante temprano, no llevábamos muchos kilómetros y había una autética jauría de mosquitos.

 Sankt Olofs Källa

Por la tarde el cielo azul se cubrió de amenazadoras nubes, en lo que parecía ser un patrón habitual y diario, y en Östersund nos ganamos un buen chaparrón cuando salíamos de la ciudad por los carriles bici. Al salir de esta localidad, la mayor desde nuestra salida, las señales nos llevan hasta el pequeño aeropuerto, situado en la isla de Frösön, el cual bordeamos. Decidimos seguir los estrechos senderos del margen del lago Storsjön para buscar un sitio donde dormir.

Sendero

Nuestro hogar temporal

Sol de medianoche

En esta ocasión localizamos un maravilloso rincón que se convirtió por algunas horas en nuestra tranquila morada en la orilla del lago Storsjön, que nos sirvió de improvisado spa. 

Día 4. Lago Storsjön-Ristafallet (88.5 km-1120 m)

Iniciamos el día descansados y aprovisionados, ya que al poco de iniciar el recorrido nos encontramos con un nuevo manatial señalizado (aquí ya dedujimos que Källa eran los manantiales de agua) que nos permitió quitaros la preocupación del agua.

Källa

Gran parte de estos primero compases transcurrieron cercanos al lago Storsjön, donde según cuentan vive un monstruo similar al del lago Ness, y bordeando el lago Alsesjön, de dimensiones más modestasy donde, al parecer, no vive ninguna criatura extraña.

¿El monstruo del lago Storsjön?

Las pistas, hasta la localidad de Nädel, donde hay supermercado, fueron relativamente buenas y ciclables, por lo que pudimos disfrutar de estas primeras horas de la jornada. El único peligro parecían ser los alces y renos.

Primeras horas del día


Como a cabezotas no nos gana nadie y aprendemos despacio, lo que parecía que iba a ser una jornada tranquila de pedaleo pasó a ser una ruta de bicisenderismo (término acuñado específicamente para nuestras rutas) en nuestro empeño de seguir las indicaciones del camino original. 
 
Sendero
 
El camino pasa por los petroglifos de Glösa, tallados en la orilla de un ruidoso arroyo,que datan del VI milenio a. C (hay otros puntos con petroglifos, pero hay que desviarse del camino para visitarlos). Cuando pasamos, el centro de interpretación estaba totalmente cerrado y no parecía que tuviera mucha actividad, pero hay carteles en inglés.  


Petroglifos de Glösa

Seguir el camino en este tramo es complicado ya que el paso solo está habilitado para senderistas. Llegados a este punto puede desandarse lo hecho y tomar la carretera. Nosotros decidimos seguir el sendero, no nos fuésemos a peder algo importante. Importante no hay nada, pero las vistas no dejan de ser magníficas, la intensad y los tonos de verde son infinitos. 

Descenso desde los petroglifos

Los senderos se alternaron, durante todo lo que quedaba de recorrido, con las carreteras secundarias, lo que hizo que fuera una jornada llena de imágenes magníficas, pero totalmente agotadora desde el punto de vista físico. También se hizo duro por el avance lento. 


Los último regalos llegaron al final de la jornada. Primero con una tormenta, para terminar con unos últimos kilómetros por senda no ciclable que nos llevó a ocupar la primera fila de un espectáculo ensordecedor: las cascadas Ristafallet, formadas por las aguas del río Indalsälven en su vertiginoso descenso. Se puede llegar a ellas dejando las bicis en el camping del mismo nombreen un corto paseo.


Cascadas Ristafallet

Esa noche, dado el nivel de cansancio y lo avanzado del día, decidimos pernoctar en el camping situado en el margen del río y que comparte nombre con las cascadas, para intentar recuperar un poco mejor. La dureza del recorrido nos hizo plantearnos la necesidad de buscar alternativas para algunos de los tramos menos ciclablesque nos esperaban en las siguientes jornadas. Pusimos punto y final al día con unas cervezas que nos supieron a gloria.

Día 5. Ristafallet-Kvilbekken (82 km-850m)
 
Iniciamos el día siguiendo el asfalto de la carretera E14 y de carreteras secundarias en pequeños tramos para evitarla. En esta jornada decidimos evitar los tramos de sendero que veíamos no ciclables y que no se alejaban mucho de las carreteras secundarias, lo que permitió avanzar más rápido y, lo más importante, más relajados.

Sin perder el margen del río Indalsälven llegamos a la turística localidad de Are que, situada a orillas del lago Aresjön, es una popular estación de esquí y es muy concurrida en época invernal.

Iglesia de Are

Salimos de esta localidad por carreteras secundarias evitando la E14 e iniciando el ascenso hacia la frontera con Noruega, también aprovechamos algún corto tramo de pista para romper con la monotonía del asfalto, que nos lleva hasta algunas edificaciones aisladas.

Tramo de pista

El ascenso no tiene grandes pendientes lo que hace que sea cómoda y disfrutemos de la naturaleza que nos rodea que, incluso en plena carretera, se muestra salvaje. Abandonaremos la E14 para tomar la carretera 322, más estrecha y con muy poco tráfico. Paralelamente a ella podemos ver los restos de puentes de antiguos caminos. 

Antiguos puentes

Y vemos la montañas, aún nevadas a estas alturas del año, que delimitan la zona limítrofe entre Suecia y Noruega, una zona bastante abrupta que tuvimos que atravesar.   



Tras varios kilómetros nos desviamos por pista en las inmediaciones del lago Skalsvattnet. En un primer momento estuvimos algo reticentes a desviarnos dada la experiencia del día anterior y a que eran muchos kilómetros de pista (lo que quería decir que si nos encontrábamos con algún tramo no ciclable no había posibilidad de darse la vuelta), pero la posibilidad de seguir por asfalto no resultaba muy atractiva ni parecía ofrecer buenas posibilidades para acampar. 

La decisión resultó ser todo un acierto, ya que realizamos el resto de la ascensión por una pista muy buena que sigue el camino histórico de paso de la frontera, con lugares espectaculares y buenos sitios para dormir. 

Pista hacia la frontera

Desde la pista disfrutamos de magníficas vistas del entorno y de las montañas que nos rodeaban, envueltos para una soledad casi total que otorgaba cierta magia al trayecto.

Vistas desde la pista

Llegamos a la frontera entre Suecia y Noruega, indicada con un hito, que curiosamente no está en el punto más elevado, el cual alcanzaremos algunos cientos de metros después y que se sitúa a unos 650 metros de altitud. Puede parecer una tontería, pero pasar la frontera nos produjo cierta emoción, más cuando vimos sobre el mapa el trayecto realizado hasta el momento. Lo que tantas veces habíamos mirado en casa ahora era una realidad, y nosotros formábamos parte de ella.

Frontera Suecia-Noruega

Al poco de iniciar el descenso desde el punto de cota máxima, nos encontramos con el refugio de Kvilbekken, un lugar idílico e ideal para hacer un alto en el camino, recuperar fuerzas y si cuadra quedarse a pasar noche. Nosotros repusimos energías con los últimos restos que nos quedaban de longaniza y lomo que nos habíamos llevado de casa. 



 Refugio de Kvilbekken
 
Día 6. Kvilbekken-Tomtvatnet (83.5 km-1275 m)

El día amaneció frío y con niebla, tras una noche lluviosa. Los primeros kilómetros estuvieron marcados por el descenso, siguiendo una preciosa pista con hermosos rincones que hicieron más llevadero el frío matinal. 




Descenso desde Kvilbekken

La pista enlaza con la carretera 72, la cual seguiremos durante bastantes kilómetros. Al igual que el día anterior evitamos algunos desvíos por sendero que eran claramente poco ciclables. Sin emabargo sí tomamos algún desvío por alguna pista que parecían ser ciclables, algunas con fuertes pendientes iniciales, que seguían el camino histórico y que le dan un punto de belleza al recorrido, a cambio de sumar metros de desnivel.


Tramos por pista

Sin duda un momento emocionante del recorrido fue la llegada a Stiklestad. En este lugar es donde se produjo la batalla en la que murió St Olav en el año 1030. En la iglesia de la localidad se encuentra la piedra sobre la que, supuestamente, murió St Olav (se encuentra detrás del altar) y unos delicadas pinturas murales donde se representa la batalla y muerte de St Olav, así como los milagros que se le atribuyen. 

Iglesia de Stiklestad

Pinturas murales de la iglesia de Stiklestad

La iglesia se puede visitar de forma gratuita y disponen de información en español. Además se puede sellar, lo cual no sería remarcable si no fuera porque en Noruega no encontramos ningún punto de sellado por el camino tras el refugio de Kvilbekken, ni tan siquiera en las iglesias (la única explicación es que estén situados en puntos no ciclables por los que no pasamos, o que sencillamente no haya). 

Abandonamos la localidad por fáciles carriles bici, el preludio de un largo y duro final de jornada. A partir de la localidad de Verdal el camino sigue un camino con continuas subidas y bajadas (al menos las pistas son buenas) para evitar las carreteras que discurren por la parte baja, adentrándose en los bosques que pueblan las zonas más elevadas y con algunos giros un poco extraños. 

En esta ocasión nos costó bastantes kilómetros localizar un buen lugar para pernoctar, lo que nos obligó a unos cuantos kilómetros adicionales a los inicialmente previstos. Noruega está más poblado, al menos esta parte, y hay numerosas explotaciones agrícolas y muchas casas, especialmente en los márgenes de los lagos, lo que reduce las posibilidades de un buen sitio para la tienda. Finalmente, y a punto de morir de agotamiento, localizamos un buen sitio en el margen del lago Tomtvatnet, con mesa, leña para hacer fuego y mosquitos, todo en uno. 


Lago Tomtvatnet

 Día 7. Tomtvatnet-Malvik (75 km-1150 m)

Durante bastantes kilómetros rodamos por buenas pistas y carreteras secundarias, muchas de ellas sin asfaltar, bordeando numerosos lagos: Movatnet, Bulandsvatnet, Ausetvatnet, Almovatnet y otros muchos de nombre indefinido y tamaño más modesto. Fuimos sumando metros de desnivel con las numerosas rampas a superar, cortas pero de fuerte pendiente. 

 
En esta jornada fuimos conectando pequeñas localidades que no pasaban de ser una agrupación de casas, la mayor de ellas fue Markabygda donde nos llevamos la sorpresa de ver un colegio del método Montessori. 

Pero sería a partir de Stjordal iniciaríamos el tramo más duro. Seguimos carreteras secundarias con fuertes subidas, evitando las carreteras que discurría por las zonas más bajas, en lo que parecía una copia del día anterior. A los pocos kilómetros nos encontramos con el primer tramo no ciclable que decidimos seguir por no ver muy clara otra alternativa, una tortura de unos cuantos kilómetros que es recomendable evitar buscando alguna otra alternativa. 

Inicio sendero

Cuando parecía que habíamos dejado las sendas atrás volvimos a reincidir en el error de no evaluar la posibilidad de buscar una alternativa y evitar los senderos.

 Inicio de sendero

Nos metimos de lleno en un sendero que, aunque al inicio nos permitió pedalear, nos obligó a empujar, arrastrar y llevar a cuestas las bicis durante unos interminables kilómetros, mientras veíamos pasar las horas en un avance que el adjetivo"lento" no describe en su justa medida. 

Hubo puntos en los que llegamos a dudar de la posibilidad de seguir por este camino, pero tras tantos kilómetros no había muchas más posibilidades a parte de seguir.


 Tramos no ciclables

Cuando finalmente salimos de este sendero, que visto con la distancia suficiente puedo decir que disfrutamosde un sendero debelleza espectacular, encontramos una pista que nos pareció una autopista tras la experiencia. En este punto evaluamos el recorrido y nos dimos cuenta de que teníamos por delante un tramo de dudosa ciclabilidad (un senderista que nos encontramos nos dijo que no era ciclable), así que tuvimos que buscar una alternativa para el último tramo que nos llevaría hasta nuestro destino. 

Pista tras el sendero

Desde la intersección de pista donde nos desviamos del camino marcado había diversas posibilidades, entre ellas proseguir por pistas y carreteras secundarias el máximo trayecto posible. Sin embargo el largo tramo de sendero que habíamos tenido y el cansancio producido, nos llevó a optar por dirigirnos hacia la costade forma más directa, hasta la localidad de Hommelvik. Desde aquí pudimos llegar hasta Malvik por carriles bici, donde decidimos quedarnos tras contemplar, por primera vez, el mar de Noruega. Dejamos para la última jornada los últimos veinte kilómetros de recorrido.  

 Mar de Noruega. Malvik

Día 8. Malvik-Trondheim  (20 km-180 m)

Nuestra última y corta jornada transcurrió de forma cómoda por carriles bici que nos llevaron desde Malvik hasta nuestro destino final: Trondheim

 
Trondheim

La idea era hacer una jornada muy corta para que nos diera tiempo a visitar tranquilamente la ciudad y el objetivo de este gran peregrinaje: la catedral de Nídaros, donde descansan los restos de St Olav. 


Catedral de Nídaros
  
El centro de peregrinos está muy próximo a la catedral, aquí os darán la credencial (Olav Letter) si mostráis el Pilegrimspass sellado. En el mismo edificio hay un albergue, aunque a precio de hotel, que es una buena opción y donde se pueden intercambiar experiencias con otros peregrinos, no muy numerosos en esta época del año, la mayoría procedentes del camino que venía desde Oslo.

Centro y albergue de peregrinos
  
Para completar nuestro peregrinaje asistimos a la misa del peregrino que se realiza todas las tardes, además tenía curiosidad por asistir a una misa luterana. Nos sorprendió comprobar que parte de la misa se realizaba en noruego y parte en inglés, además de ir todo ello aompañado de una música de órgano que ponía los pelos de punta y hacía retumbar las magníficas vidrieras de una forma espectacular. Me encantó la experiencia. 

Con esta ceremonia dimos por concluida la pregrinación y el Camino de St Olav, pero no nuestro pedaleo por Noruega y Suecia ya que nos quedaban por delante más de 900 kilómetros, los que tendríamos que recorrer en nuestro camino de regreso a Suecia, uniendo las licalidades de Trondheim y Estocolmo. Pero eso es otra historia. 

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
INFORMACIÓN ADICIONAL:  
  • Pedalear por Suecia con la bicicleta es una delicia, a lo que contribuye la abundancia de carriles bicien casi todas las localidades. El transoprte de las bicicletas es otro tema. No está permitido su transporte en los trenes y autobuses, al menos en los de largo recorrido, esto supuso un importante problema para llegar al punto de inicio del camino (Sundsvall). Finalmente decidimos alquilar un coche ya que, tras escribir a las compañías y a turismo, nadie nos sabía decir cómo llegar hasta Sundsvall. Hay que tener en cuenta que el hecho de dejar el coche en un punto diferente al de recogida encarece bastante y, sorprendentemente, nos costaba lo mismo alquilar el coche para un día que para tres, por lo que decidimos cogerlo tres días, reatrasar el inicio de la ruta y aprovechar para visitar algunos sitios: Uppsala, Signuta y Forsmark.
  • Credencial (Olav Letter):
    • Para obtenerla es necesario realizar 100 kilómetros si se va andando y 200 para los que lo realizan en bici o a caballo. Hay que presentar el Pilegrimspass sellado.
    • En Suecia hay numerosos puntos de sellado (buscad las iglesias). En Noruega solo vimos en la iglesia de Stiklestad, así que pedimos que nos sellaran (con un sello no del camino) en el camping de Malvik para al menos tener un sello por día (aunque no se especifica nada aeste respecto).
  • Estancia en Trondheim:
    • El Centro de Peregrinos está situado en el lado contrario a la entrada principal de la catedral. En el mismo edificio hay un albergue donde hay habitaciones y camas en habitaciones compartidas, el precio es alto, pero su situación privilegiada es magnífica.  
    • A los peregrinos se les da, en el Centro de Peregrinos, entradas gratuitas para visitar la catedral de Nídaros (es un dinero), así que pasaros primero por el centro. 
  • Durante el viaje y para prepararlo, hemos utilizado la siguiente documentación:
    • Lonely Planet de Suecia.
    • Mapa de Südschweden/südnorwegen. Editorial Reise. Escala 1: 875.000

3 comentarios:

  1. Un viaje muy bonito, unos sitios increibles. Seguid disfrutando de esos viajes tan maravillosos que os buscais.

    ResponderEliminar
  2. Hola chicos!
    Enhorabuena por el viaje y la crónica tan detallada. He descubierto vuestra ruta en wikiloc y estoy pensando en hacerla este verano. Me gustaría cómo os desplazasteis hasta allí con las bicis. A qué aeropuerto volasteis y cómo llegasteis al punto de inicio, Sundsvall.

    Un saludo alforjero y de nuevo, gracias.

    Pablo, conalforjas.com

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola!!! las bicis fueron con nosotros en el avión. Volamos con Norwegian y en la propia agencia nos confirmaron que había espacio en bodega. Casi siempre tenemos que pagar por las bicis como un equipaje especial (suele rondar los 60 euros adicionales), pero en el caso de Norwegian nos llevanos la sorpresa en el aeropuerto de que no nos cobraron nada (ni a la ida ni a la vuelta).

      Para llevar las bicis tienen que ir empaquetadas, nosotros las llevamos en una funda de cordura, bastane rígida pero no dura, desmontadas (quitar pedales, dsmontar y desinflar ruedas, ect).

      Volamos a Estocolmo (la vuelta también la hicimos desde allí). Las fundas se quedaron en el hotel en el que nos quedamos y reservamos para la vuelta, nos las guardaron sin problemas y sin cobrarnos nada.

      Para llegar a Sundsvall fue una odisea. Nos dijeron que no era posible llevarlas en el tren y no encontramos autobuses. Finalmente optamos por alquilar un coche que pudiéramos dejar en Sundsvall. Vimos que era igual de caro alquilar el coche por un dia que por tres, así que cambiamos un poco de planes: alquilamos el coche tres días y nos acercamos a ver lugares que no íbamos a pasar con la bici. Dejamos el coche en la estación de tren de Sundsvall (no habia oficina, pero cada media hora o asi se pasa un tipo a ver qué coches se han dejado). Desde aquí ya solo fue dar pedales.

      Espero que te haya ayudado, pero si quieres alguna otra información me cimentas.

      Por cierto, tenemos más rutas en la páaginas www.vijarenbici.es (donde hemos incuido las que están en esta página y las que hemos realizado en los últimos meses).

      Espero que te animes a hacer la ruta y que nos cuentes a la vuelta cómo te ha ido. No olvides el repelente, los mosquitos por allí son de lo más agresivos.

      Eliminar