Salen varias pistas desde el pueblo, en nuestro caso seguimos las indicaciones del camino que nos lleva a las Fuentes del Sil, saliendo del pueblo por cercados para el ganado, siguiendo el curso del río Sil.
Inicio de la ruta
Nos encontramos con una pista con buen trazado que gana altura para salvar el profundo barranco formado por el curso del río Sil y, que en su día, debió servir para comunicar con los prados más altos. Desde los primeros compases nos vemos rodeados grandes masas rocosas que cierran nuestro horizonte.
Pista
Al llegar a la altura del Vado de Bocanegra nosotros seguiremos por nuestro margen izquierdo, sin atravesar el río, para llegar a las Praderas de Cebolléu, donde la sombras parecen ceder terreno al sol, dándonos algo de calor y tiñendo de un intenso verde las praderas.
Praderas de Cebolléu
Aunque hay señales del sendero a lo largo de nuestra subida, son escasas, lo que nos obligará a orientarnos bien para no errar el camino. Ganamos altura camino de la Majada Covalancha, con alguna parada para contemplar el valle que dejamos a nuestros pies.
Señalización del sendero de las fuentes del Sil
Durante un corto tramo seguiremos las indicaciones, en algunos puntos con postes de madera, en otros con marcas en color amarillo en las rocas, con senda bastante marcada.
Senda
Nos dirigiremos hacia la Collada de las Morteras. Hay que tener cuidado con la orientación, ya que la senda señalizada no asciende al collado. En algún punto la abandonamos, aunque no nos dimos ni cuenta del punto exacto. A medida que ascendemos las cumbres nos rodean, estos tortuosos y agrestes relieves me provocan una emoción que oscila entre la admiración y el respeto.
Ascendiendo a la Cda Las Morteras
Una vez en el collado es obligada una parada, siempre que el frío viento lo permita, para contemplar el entorno, ya que hay unas magníficas vistas y hermosas cumbres a nuestro alrededor
Cda Las Morteras
Tras el descanso nos encaminamos a la cuerda que queda a nuestra derecha y proseguimos ganando altura en dirección a nuestro primer gran objetivo del día, aprovechando para intentar captar con nuestra cámara la belleza que nos rodea.
Vistas durante el ascenso
De forma sosegada y sin ninguna dificultad alcanzamos la cumbre del Cuetalbo (2079 m), una cumbre redonda con amplias vistas, desde donde podemos ver la cumbre más puntiaguda de Peña Orniz al fondo, todavía algo lejana.
Cumbre del Cuetalbo (2079 m). Peña Orniz al fondo
Cumbre del Cuetalbo (2079 m)
No teníamos muy clara la posibilidad de unir la cumbre del Cuetalbo y Peña Orniz, una vez en el sitio la cuerda no nos pareció difícil, como así fue. Proseguimos por la cuerda siguiendo pequeños senderos que nos llevan a avanzar por la ladera, aunque nos pareció ver paso en la zona más alta. Las sendas, a ratos, parecían más bien de vacas que de personas, pero nos permitió pasar.
Hacia Peña Orniz
Cierto es que la senda no es muy cómoda, de hecho en algún tramo es bastante incómoda, pero tampoco resulta difícil. Una vez recorrida la mayor arte de la cuerda no nos quedará más remedio que descender unos metros para alcanzar Collada Orniz, desde donde nos enfrentaremos a los inclinados metros finales.
Descenso a Cda Orniz
Para ganar la cumbre se pueden serguir cualquiera de las inumerables sendas e hitos existentes, lo más cómodo es atravesar la ladera para ascender desde el este. Desde la cumbre de Peña Orniz (2194 m) tenemos unas amplias vistas de los valles y de las impresionantes paredes de Torre de Orniz. Si agudizamos un poco la vista, en el horizonte podemos distinguir la impresionante mole de Peña Ubiña.
Torre de Orniz. Al fondo Peña Ubiña
Descendiendo de la cumbre de Peña Orniz
El descenso es algo caótico, ya que no encontramos senda marcada, así que improvisamos, descendiendo hacia las Fuentes del Sil, una extensa zona con numerosos manantiales cuyas aguas se suman para iniciar el curso del principal afluente del río Miño.
Fuentes del Sil
Nuestros pasos nos llevan a recorrer las zonas bajas de las cumbres que hemos recorrido unas horas antes, rodeados de espesos arbustos de brezo con una característico color rojizo.
Lo que inicialmente son hilos de agua, van formando un, cada vez más abundante, caudal.
En esta parte echamos manos de la
improvisación que nos caratceriza y, en vez de buscar las señales de la
senda de las fuentes del sil, seguimos el curso de la corriente de agua,
lo que provocó que en algún punto nos mojásemos y que tuviésemos algún
paso algo más delicado para salvar algún pequeño salto de agua.
Salto de agua
Esta corriente de agua se junta con el Sil dando lugar a una corriente mucho más caudalosa.
Río Sil
Una vez en el curso del río Sil intentamos seguir las indicaciones de la senda de las Fuentes del Sil, pero las señales no están muy claras ni visibles, y no debe estar muy transitado porque no resultaba evidente por dónde ir. Por ello decidimos seguir el cauce del río, disfrutando de rincones preciosos.
Siguiendo el cauce del río
Finalmente nos encontramos, sin buscarlo, con señales amarillas y una marcada senda, que nos llevó de nuevo hasta las Praderas de Cebolléu, salvando una alta y ruidosa cascada.
Praderas de Cebolléu
Desde las praderas, siguiendo la señalización, caminamos sobre una antigua pista que nos lleva al Vado de Bocanegra, el cual tendremos que atravesar, intentando no mojarnos mucho, para regresar por el camino que tomamos por la mañana, y que nos lleva directamente hasta la aldea de La Cueta.
Vado de Bocanegra
Merece la pena subir a lo alto del pueblo para visitar, aunque sea por fuera, la Iglesia del pueblo. Y si se dispone de tiempo quitarse la sed en el bar del pueblo.
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INFORMACIÓN ADICIONAL:
INFORMACIÓN ADICIONAL:
- Mapa Cordillera Cantábrica. Parque Natural de Somiedo. Escala 1:60.000/30.000. Adrados ediciones
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