Bueno, iniciamos la ruta en Peñalba de la Sierra, tomando el camino que lleva al molino, si no lo localizáis preguntad en el pubelo, si encontráis a alguien, claro. Iniciamos el día bajando hasta alcanzar el río, animados por una tupida sombra, y amargados por un batallón de insectos.
Inicio de ruta
En este tramo no hay pérdida, solo hay que tener cuidado de no meterse en la granja que nos encontramos al final de la pista, y tomar un sendero que sale a nuestra izquierda.
Inicio del sendero
A partir de este punto empezamos a ganar altura, acompañados de nuestras amigas las moscas, que parecen habernos cogido aprecio, y seguimos un precioso sendero que discurre paralelo, por la parte alta, el Arroyo de Cañamar, con unas vistas espectaculares, y enormes robles.
Vistas desde el sendero
Dejaremos un sendero a nuestra derecha, hasta llegar a otro sendero, en la misma dirección que el anterior, bastante marcado por el efecto del agua, aunque no muy pisado, por el que descendemos hasta el arroyo que hemos venido siguiendo, el cual atravesamos para proseguir nuestro camino por el lado contrario, ahora sí, en decidido ascenso.
Si en vez de tomar el sendero siguiéramos un poco, se puede llegar a una chorreras (vamos unas cascadas), aunque en verano no deben llevar muchas agua. Si continuamos descendiendo se puede llegar, por camino no muy claro, hasta el antiguo Molino de Peñalba, situado a orillas del río Jaramilla. Nosotros intentamos hacer una ruta pasando por estos dos puntos hace unos meses, pero no llegamos a conectar bien, espero que en breve podamos realizar alguna de un par de días para conectar estos interesantes y bonitos rincones de la sierra.
Lugar donde se sitúan las chorreras
Siguiendo con nuestra ruta, y una vez situados en la otra orilla, cambiamos los robles por las encinas, pero el sendero sigue siendo agradable, con sombra, aunque algo más sufrido para las piernas. Las vistas se amplían a medida que subimos para darnos una magnífica perspectiva de las montañas que nos rodean.
Ganando altitud
Vistas desde el sendero
El sendero no tiene ninguna pérdida, puesto que no hay desvíos, ni otros senderos en los que pueda haber algún punto de confusión. Nuestro camino va bordeando la Peña de Carrasquilla, cuya cumbre dejamos a nuestra derecha muy por encima de nosotros. Nuestra orientación va cambiando hasta que vemos nuestros próximo objetivo, la cumbre de Cabeza de Cabida, que se perfila en el horizonte.
Cabeza de Cabida al fondo
Seguimos ascendiendo hacia el collado que separa la Peña de Carrasquilla y Cabeza de Cabida, a medida que nos aproximamos la vegetación cambia, dejando atrás las espesas sombras, para enfrentarnos a una zona de arbustos, donde el olor de las jaras lo inunda todo y el sol da de justicia.
Antes de proseguir con nuestra vuelta, realizaremos la ascensión a esta montaña. El camino inicialmente está bastante claro, pero en un punto hay que desviarse, ya que este sendero marcado es el que seguiremos posteriormente para bordear la montaña, pero el desvío no está muy claro, vemos algún hito disperso, pero la traza esta poco pisada, así que en la subida, como no puede ser de otra manera, perdemos un poco el camino. Lo más sencillo, seguir las rocas que asoman entre la vegetación para superar los farallones rocosos de las zonas altas or la parte que se vea más evidente.
Inicio del camino
Sendero hacia la cumbre
Cabeza de Cabida, con sus 1.597 m, no es una montaña muy alta, pero tiene unas estupendas vistas desde su cima del macizo del Ocejón, y hacia la vertiente del Pico del Lobo.
Cima de Cabeza de Cabidad. Al fondo el Ocejón
Cima de Cabeza de Cabidad. Al fondo Pico del Lobo
El descenso lo realizamos por el mismo camino de subida para retomar el sendero de la zona más baja y que tomamos en el collado. Seguiremos este camino, sin posibilidad de desviarnos y abriéndonos camino a través de la alfombra de brezo que se extiende a nuestros pies, estaba impresionante.
Y ya estamos en camino para nuestra vuelta en torno a Cabeza de Cabida, inicialmente en ligera subida y en paralelo al río Jaramilla que discurse en el fondo del profundo barranco que dejamos a nuestra izquierda, hasta iniciar un fuerte descenso que nos lleva a conectar con una pista, relativamente ancha. Aquí cambiamos de orientación para pasar a caminar paralelamente al Arroyo de Cercadillas o de Cabida.
Poco antes de llegar a la carretera de entrada al pueblo de Cabida, recuperaremos la sombra gracias a unos espléndidos robles, pero, como no, vienen acompañados, de las infatigables moscas. En Cabida hay una estupenda fuente para hacer una parada, antes de iniciar el último tramo de nuestro recorrido.
Desde el pueblo nos tenemos que dirigir hacia la parte alta, justo en el punto donde se encuentra un gran depósito y una charca construida para la regeneración de anfibios en la zona. Desde aquí tenemos un corto ascenso por una pista en mal estado hasta la carretera, desde donde ya solo nos queda bajar. A medida que ascendemos tenemos mejores vistas del pico que hemos subido y rodeado a lo largo del día.
Una vez llegamos al asfalto decidimos cambiar algo el recorrido previsto inicialmente, porque encontramos marcas de una senda que no conocíamos, así que nos decidimos a seguir los postes amarillos, una ruta muy bonita de bajada al pueblo.
Dejamos atrás Cabeza de Cabida
Pista hacia Cabida
Poco antes de llegar a la carretera de entrada al pueblo de Cabida, recuperaremos la sombra gracias a unos espléndidos robles, pero, como no, vienen acompañados, de las infatigables moscas. En Cabida hay una estupenda fuente para hacer una parada, antes de iniciar el último tramo de nuestro recorrido.
Desde el pueblo nos tenemos que dirigir hacia la parte alta, justo en el punto donde se encuentra un gran depósito y una charca construida para la regeneración de anfibios en la zona. Desde aquí tenemos un corto ascenso por una pista en mal estado hasta la carretera, desde donde ya solo nos queda bajar. A medida que ascendemos tenemos mejores vistas del pico que hemos subido y rodeado a lo largo del día.
Cabeza de Cabida desde la carretera
Una vez llegamos al asfalto decidimos cambiar algo el recorrido previsto inicialmente, porque encontramos marcas de una senda que no conocíamos, así que nos decidimos a seguir los postes amarillos, una ruta muy bonita de bajada al pueblo.
Inicio de la senda hacia Peñalba
La verdad es que está muy bien señalizado y, aunque inicialmente sigue una pista bastante ancha y marcada, en breve nos desvía por sendas casi perdidas, en las que nos tendremos que ayudar de los postes para no perder la traza a seguir.
Pista inicial
Senda hacia Peñalba
Este tramo nos encantó, muy original y no parece nada transitado, además en las proximidades de Peñalba de la Sierra nos ofrece una bonita panorámica del pueblo.
Descendiendo hacia Peñalba de la Sierra
Pero está claro que sigue un antiguo camino, porque en algún tramo todavía se puede ver claramente el trabajo realizado para construirlo.
Últimos tramos de la senda a Peñalba
Desde este punto entramos en el pueblo, sin ninguna pérdida, para dar por concluida una estupenda y calurosa jornada por la Sierra de Ayllón, y que se ha caracterizado, como suele ser habitual, por la impresionante soledad de estos hermosos caminos.
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INFORMACIÓN ADICIONAL:
- Mapa de Sierras de Ayllón y Ocejón, escala 1:50000. Tienda verde.
- El track lo podési localizar en: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10656517
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