domingo, 7 de octubre de 2018

Ascensión al San Millán por el valle Urbión (Burgos)

Datos de la ruta:

  • Desnivel: 1350 m (aprox.)
  • Distancia: 22 km 
  • Actividad: senderismo/ascensión
  • Dificultad: el recorrido no entraña apenas dificultades más allá del desnivel a salvar. En invierno, dadas las pendientes de los últimos tramos, seguramente la dificultad es considerablemente mayor (tener en cuenta este aspecto para ir con el equipo adecuado en función de la época del año)

Descripción

Desde el pueblo de Santa Cruz del río Urbión seguimos una pinta en bastante buen estado que nos lleva hasta el refugio de Zárcia. Esta será nuestra referencia para dejar el coche en la amplia explanada. Estamos en plena Sierra de la Demanda.

Empezamos la ruta siguiendo una amplia pista que discurre paralela a las aguas del río Urbión. Apenas ascendemos. Hace algo de frío. El sol no llega a atravesar la espesa vegetación de estos primeros kilómetros y nos vemos rodeados de una penumbra densa y húmeda.

Salida del área recreativa de Zárcia
Salida del área recreativa de Zárcia

Un puente de madera nos ayuda a salvar las aguas del Arroyo de Abanza. A partir de este punto iniciamos el ascenso. Ahora sí ganamos altura, pero seguimos un ritmo bastante cómodo.

La pista empieza a desdibujarse. En algunos tramos caminamos directamente sobre el cauce disminuido del río Urbión que llena de ecos este estrecho valle.

Finalmente la pista se convierte en una senda estrecha y sombría. Un espeso hayedo nos rodea, el sol se filtra entre sus ramas y crea efectos luminosos que colorea de tonos cálidos las sombras. La arboleda empieza a mostrar los primeros síntomas del otoño incipiente.

Hayedo del Valle Urbión
Hayedo del Valle Urbión

Las aguas del río Urbión se nutren de numerosos arroyos (Arroyo de Altuzarra, Arroyo de Túrbero) que descienden desde las laderas de las montañas que nos rodean. Este año el agua resuena por el valle.

En nuestro recorrido amos encontrando numerosos desvíos que indican otras rutas e itinerarios. Tendremos que volver para conocer mejor la zona que parece disponer de una buena red de senderos para conocer esta zona de la Sierra de la Demanda.

Nosotros no abandonamos el torrente principal. La pendiente se vuelve cada vez fuerte y ganamos metros con cada paso. La Choza de la Guarra, una pequeña construcción en bastante buen estado, marca el punto en el que el ascenso se vuelve más duro.

Ascensión por el hayedo. Valle Urbión
Ascensión por el hayedo. Valle Urbión

El bosque cede terreno hasta salir a una zona despejada. Las montañas ahora se muestran orgullosas ante nosotros. La escarpada vertiente norte del San Millán se perfila ante nosotros. Empieza a hacer calor, ahora que las sombra nos abandona el sol empieza a caldear el ambiente.

Vertiente norte del San Millán. Sierra de la Demanda
Salida del hayedo

La senda se abre paso entre amplias pedreras. Los hitos nos van marcando el camino a seguir. Delante nuestra escuchamos las voces de otras dos personas que asciende siguiendo el mismo camino que llevamos nosotros. Son los primeros montañeros que nos encontramos (y serán los únicos a excepción de la cumbre).

Aquí las aguas del río Urbión han desaparecido en diversas ramificaciones que marcan su nacimiento. Pero en esta época, finales de septiembre, el agua discurre filtrada hasta las zonas más bajas.

En esta zona alta encontramos la Majada de la Fuente. Una construcción aún se mantiene en pie. A su alrededor se pueden distinguir, entre los matorrales, los cimientos de otras construcciones ya abandonadas que apenas se distinguen entre el pedregal que las rodean.

Aquí vemos una bifurcación del camino. Unos hitos indican hacia nuestra derecha , otros se dirigen hacia nuestra izquierda. Nosotros optamos por esta segunda opción (nos parece más directa para acceder a la cumbre). Iniciamos un fuerte ascenso.

Ascenso a El Portillo
Ascenso a El Portillo

Los últimos metros antes de alcanzar el collado que da acceso a la cumbre requieren un esfuerzo extra. La senda serpentea por la ladera y entre una estrecha pedrera. Con pasos cansados y cortos vamos arañando metros a esta canal hasta alcanzar El Portillo (esta denominación es la que indica el cartel que localizamos en el paso, en el mapa del IGN aparece como El Pontón).


El Portillo (2039 m)
El Portillo (2039 m)

Estamos a 2039 metros de altitud. A nuestros pies una magnífica panorámica de la Sierra de la Demanda. Entre las ondulaciones que decoran el horizonte creemos distinguir la punta del San Lorenzo (el techo de la provincia de La Rioja). Y es que aquí, en las alturas, las fronteras artificiales se difuminan.

Apenas nos quedan cien metros de ascensión. Pero antes de proseguir hacemos una pequeña parada para reponer fuerza y comer algo antes de continuar.

Desde El Portillo una estrecha senda indicada con hitos avanza por la ladera sur para girar de nuevo y abrirse camino por la escarpada vertiente norte prácticamente en horizontal. A nuestra derecha, paredes casi verticales crean una sensación de alta montaña peculiar en estas montañas de perfiles redondeados.

Senda. Vertiente norte
Senda. Vertiente norte

En pocos minutos alcanzamos un pequeño collado que nos da acceso a la amplia cumbre del San Millán (2131 m). En su cumbre una antigua estación meteorológica, un vértice geodésico y una vivac indican el objetivo conseguido.

Aquí nos encontramos con otro pequeño grupo que ha ascendido por la más suave vertiente sur y con las dos personas que nos han acompañado (con adelantamientos mutuos) en nuestro ascenso por el norte. 

Cumbre del San Millán (2131 m)


Tras un merecido descanso, tomamos de nuevo las mochilas y proseguimos. No descendemos por el mismo camino, nuestro objetivo es recorrer la cuerda que une la cumbre del San Millán con el Trigaza. Y para allá que vamos.

Ahora toca descender. La cuerda es muy cómoda y un sendero muy marcado no sindica el camino a seguir. Una última mirada atrás nos ofrece una bonita panorámica del San Millán y sus escarpes rocosos.

San Millán. Sierra de la Demanda
San Millán

Seguimos la senda con pequeñas subidas y bajadas a lo largo de la cuerda, pero sin grandes esfuerzos. Por algo estas amplias praderas de altura reciben el nombre de Sierra Llana.

A nuestro alrededor la vegetación casi ha desaparecido sustituida por hierbas resecas que tiñen de un color amarillento el terreno.

Un corto repecho nos deja en la cumbre del Trigaza sur (2086 m). En su cumbre, una curiosa figura de metal nos da la bienvenida.


Triagaza sur (2086 m)
Triagaza sur (2086 m)

Pero aún nos queda una última cumbre para hoy. Volvemos a descender hasta los 2000 m para en un último esfuerzo alcanzar la cumbre del Trigaza (2032 m) afeada por una gran construcción y una amplia pista que permite el acceso de vehículos hasta este punto.

Apenas nos paramos para disfrutar de las vistas y dar un último adiós antes de iniciar la bajada siguiendo la cuerda que  desciende desde la cumbre. Una estrecha senda se abre camino entre los matorrales, pero se ve marcada y es cómoda de seguir hasta alcanzar el Cerro Idolén (1721 m).

Hasta aquí llegan algunas pistas y se han levantado numerosos puestos de caza que parecen abandonados. Sobre la superficie resecase distinguen las rodadas de vehículos.

Descenso hacia el Cerro Idolén
Descenso hacia el Cerro Idolén

Desde el cerro decidimos descender por lo que parece una pista que se adentra en un espeso pinar.  El trazado parece abandona o, al menos, poco transitado.

Descendemos muy despacio, tenemos la percepción de avanzar prácticamente en horizontal. En un punto vemos que la pista asciende y decidimos abandonar su seguro trazado para adentrarnos en el pinar.

Pistas en el pinar
Pistas en el pinar

Creemos seguir una senda, pero enseguida perdemos su trazado (seguramente son rastros dejados por algún animal). Avanzamos como podemos por una pendiente cada vez más abrupta, pero que permite abrirse paso. Tras un fuerte descenso de algo más de cien metros, salimos a una pista.

Nos aferramos al claro trazado y la seguimos. Numerosas pistas zigzaguean por estos montes repoblados de pinos y que han sido explotados para la madera. Algunas de estas pistas vienen en el mapa, pero otras muchas no aparecen, por lo que es difícil orientarse con seguridad. Además, rodeados de estos densos pinares, apenas tenemos perspectiva del entorno.

La pista remolonea por las suaves laderas y, de nuevo, tenemos la sensación de apenas descender a lo largo del trazado. Por segunda vez nos introducimos en el pinar para intentar acortar el recorrido (en esta ocasión y mirando posteriormente el mapa creemos que este atajo deberíamos haberlo evitado).

Tras descender algo más de cien metros nos topamos de nuevo con una pista que nos lleva directos hacia el área recreativa de Zárcia para dar por finalizado este día de libertad en la montaña burgalesa. Sin duda un lugar para volver.

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RECORRIDO:


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INFORMACIÓN PRÁCTICA: 

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